El pequeño pueblo de Whitesburg, en el sureste de Kentucky, ha sido sacudido tras el arresto del sheriff del condado de Letcher, Shawn M. Stines, acusado de matar al juez de distrito Kevin Mullins en su despacho el pasado jueves. El homicidio ha dejado a los residentes del condado profundamente afectados y ha generado un debate sobre la seguridad en el juzgado, según informaron las autoridades locales.
El sheriff, quien tenía la responsabilidad de garantizar la seguridad en el tribunal, fue detenido sin resistencia después del tiroteo, ocurrido tras una acalorada discusión entre los dos hombres. Stines, de 43 años, está acusado de asesinato y permanece bajo custodia en el condado de Leslie. Su primera comparecencia ante el tribunal está programada para el 25 de septiembre.
El incidente tuvo lugar en el Palacio de Justicia del condado de Letcher, y la llamada de emergencia al 911 llegó poco antes de las 3 de la tarde, alertando a las autoridades sobre disparos dentro del edificio. Al llegar, la policía estatal de Kentucky encontró al juez Kevin Mullins, de 54 años, con múltiples heridas de bala. Mullins, quien llevaba 15 años sirviendo como juez de distrito, fue declarado muerto en el lugar.
Este trágico suceso ha dejado al condado sin dos de sus figuras más prominentes: el juez de distrito y el sheriff, quienes eran ampliamente conocidos y respetados en la comunidad. La investigación continúa, y las autoridades están buscando más detalles sobre la naturaleza de la discusión que desencadenó el tiroteo.
Mientras tanto, el fiscal del Commonwealth para el condado de Letcher, Matt Butler, expresó la conmoción generalizada en el pueblo. “Nuestra comunidad ha sufrido una pérdida incalculable”, comentó Butler, quien se recusó del caso debido a la relación personal y familiar que mantenía tanto con Mullins como con Stines.
El asesinato ha reavivado las discusiones sobre la seguridad en los juzgados del condado, donde aún no se han instalado detectores de metales ni se ha reforzado la seguridad en la entrada principal. Muchos residentes han pedido que se implementen medidas de seguridad más estrictas para evitar que se repita una tragedia similar.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, ha expresado su tristeza por el hecho, mientras que la investigación continúa en manos de la policía estatal y el fiscal del Commonwealth, quienes han prometido llevar a cabo una revisión exhaustiva de los acontecimientos.