En un contexto de necesidad creciente de servicios médicos en Honduras, el Colegio Médico de Honduras (CMH) ha emitido una declaración formal en la que se opone al reconocimiento de la actividad profesional de los médicos cubanos en el país. Esta posición surge en medio de una discusión más amplia sobre la adecuación y preparación de los médicos en comparación con sus homólogos cubanos, que son percibidos como mejor preparados por algunos sectores.
El presidente del CMH, Samuel Santos, expresó que la brigada médica cubana no cumple con varios criterios legales esenciales, que incluyen la duración permitida de la estadía, la documentación requerida y la naturaleza no remunerada de su servicio. Mientras la ley estipula una estadía máxima de 90 días para las brigadas médicas extranjeras, los médicos cubanos tienen contratos por dos años. Además, Santos señaló que, en lugar de proporcionar un currículum completo, solo se presentaron fotocopias de títulos.
El Colegio ha destacado que los médicos cubanos reciben un salario de 2,000 dólares estadounidenses, lo que no solo contraviene el principio de gratuidad esperado para dichas brigadas sino que también establece una disparidad salarial frente a los médicos locales. Esta situación ha exacerbado las tensiones, considerando que existen alrededor de 11,000 médicos hondureños actualmente desempleados.
La posición del CMH no es contra la integración de médicos extranjeros, siempre y cuando se cumplan con los requisitos legales. De hecho, en la misma reunión en la que se rechazó el aval a los médicos cubanos, se aprobaron otras doce brigadas médicas de diferentes orígenes.
El pronunciamiento del CMH resalta un dilema en el sector salud de Honduras, donde la necesidad de más médicos convive con el desafío de integrar efectivamente a profesionales extranjeros en el sistema local sin desplazar o desfavorecer a los médicos nacionales. La situación demanda una solución equilibrada que respete las leyes y equidad laboral en el ámbito de la salud.