Mujer posando y grupo esperando en fila afuera.

Cinthya Medrano, “La Cintumbare”, afirma estar feliz en Cuba tras su deportación y desata debate en redes sociales

LA HABANA — La influencer cubana Cinthya Medrano, conocida popularmente como “La Cintumbare”, ha reavivado la atención pública tras reaparecer en un concierto en La Habana, donde declaró sentirse plena y agradecida de estar de regreso en su país, luego de haber sido deportada de Estados Unidos el pasado febrero. Su discurso ha generado una ola de reacciones encontradas en las redes sociales, entre quienes la respaldan y quienes cuestionan la sinceridad de sus palabras.

Según reporta Europa Press, Medrano aprovechó un momento del espectáculo del cantante Alexander Abreu y su agrupación Havana D’Primera, en el Johnny Club de la capital cubana, para dirigirse al público con un mensaje directo: “Yo misma me deporté”. La declaración, realizada en tono desafiante, buscó rechazar la narrativa oficial sobre su salida de Estados Unidos y reivindicar su retorno como una decisión voluntaria.

La influencer expresó su satisfacción por estar nuevamente en su tierra natal, junto a su familia, su hijo y su público. “Más feliz, imposible”, dijo desde el escenario, asegurando que, de haber sido enviada a otro país, su reacción habría sido muy diferente.

No obstante, su postura ha sido objeto de fuertes críticas en plataformas digitales. Numerosos usuarios han cuestionado la autenticidad de su relato, al considerar que contrasta con las condiciones económicas y sociales que enfrentan diariamente muchos cubanos. Comentarios irónicos y críticas abiertas han señalado la aparente contradicción entre su discurso de felicidad plena y las circunstancias que, precisamente, han llevado a miles de ciudadanos a emigrar, entre ellos ella misma.

La controversia también ha estado alimentada por su comportamiento público desde el regreso. Algunos observadores interpretan su participación activa en eventos artísticos y sus declaraciones en medios sociales como un intento de proyectar una imagen de éxito y conformidad con el entorno, que, a juicio de sus detractores, evade los desafíos estructurales que enfrenta el país.

Entre los temas más debatidos se encuentran las motivaciones que llevaron a Medrano a emigrar inicialmente y las razones por las que, ahora, afirma sentirse realizada en un entorno que ella misma había dejado atrás. Según documentos migratorios citados por medios estadounidenses, su deportación se habría producido tras no comparecer a varias audiencias ante las autoridades migratorias, lo que desembocó en una orden de deportación en ausencia.

Las declaraciones de “La Cintumbare” se han convertido en un fenómeno viral que trasciende el ámbito del entretenimiento y toca cuestiones más profundas sobre el sentido de pertenencia, el manejo de la imagen pública y las contradicciones entre el discurso individual y las realidades colectivas. En un país donde la movilidad, la precariedad económica y la incertidumbre son parte del día a día, el caso de Medrano invita a reflexionar sobre cómo se construyen los relatos personales en medio de tensiones sociales más amplias.

Aunque ha manifestado su deseo de continuar disfrutando de la vida en la isla y ha insinuado planes de futuros viajes por Europa, por ahora su presencia en la vida pública cubana parece centrarse en consolidar una narrativa de regreso voluntario, en un contexto donde muchos continúan buscando alternativas fuera del país.

Autor