China, uno de los principales socios comerciales de Cuba y aliado político de larga data, ha suspendido un acuerdo clave con el régimen cubano: la importación de más de 400,000 toneladas anuales de azúcar desde la isla. Esta medida refleja una creciente frustración de Pekín ante la falta de reformas económicas profundas en Cuba, de acuerdo con información publicada por el diario Financial Times.
La fuente revela que el gobierno chino ha reducido significativamente sus exportaciones a Cuba, que han pasado de 1,700 millones de dólares en 2017 a aproximadamente 1,100 millones de dólares en 2022. Entre los factores que habrían motivado esta decisión se encuentra la negativa de La Habana a implementar reformas estructurales en su economía, pese a la severa crisis económica que atraviesa el país. Según el Financial Times, la frustración china proviene de la falta de progreso en la apertura del mercado cubano, algo que se esperaba desde hace tiempo.
Además, Cuba mantiene deudas millonarias con empresas chinas como Huawei y Yutong, relacionadas con el suministro de vehículos, tecnología y maquinaria. Esta situación ha añadido presión a las relaciones bilaterales, que ahora atraviesan un momento de distanciamiento.
María Werlau, directora ejecutiva del proyecto Archivo Cuba, señaló que estas tensiones no son nuevas y reflejan una dinámica que ha estado presente durante años. Por otro lado, el economista Rafael Marrero, miembro del Consejo Asesor de la Revista Forbes, advirtió sobre el papel estratégico que Cuba podría jugar en los intereses de China frente a Estados Unidos.
El enfriamiento de los vínculos entre China y Cuba coincide con un contexto de recrudecimiento de la crisis económica en la isla, así como con recientes reportes de expertos estadounidenses sobre la supuesta intensificación de la presencia de inteligencia china en territorio cubano.
En paralelo, el deterioro económico ha llevado a que Cuba solicite oficialmente su ingreso al grupo BRICS, presidido este año por Rusia. El régimen cubano, encabezado por Miguel Díaz-Canel, ha buscado apoyo de Moscú, con la esperanza de acceder a créditos y otras formas de ayuda económica para enfrentar la grave situación que vive el país. Díaz-Canel ha sido invitado a la próxima cumbre del BRICS que se celebrará en octubre en Kazán, Rusia, donde espera fortalecer lazos y buscar alternativas para revitalizar la economía cubana.
Sin embargo, algunos expertos citados por el diario El Nuevo Herald consideran que la posible inclusión de Cuba en el BRICS se debería más a su alineación política con Rusia que a su capacidad para aportar valor económico al grupo de economías emergentes. Según estos analistas, la adhesión de la isla no cambiaría sustancialmente el panorama del grupo, dado que Cuba carece de recursos tangibles que puedan fortalecer la legitimidad del bloque.