El cierre parcial del gobierno estadounidense ha comenzado a impactar con fuerza el sistema de transporte aéreo del país. Este viernes, más de 1,000 vuelos fueron cancelados en distintos aeropuertos de Estados Unidos, tras la orden de la Administración Federal de Aviación (FAA) de reducir temporalmente los servicios ante la falta de personal y el agotamiento de los controladores de tráfico aéreo, quienes continúan trabajando sin recibir sus salarios.
La medida afecta directamente a 40 aeropuertos, incluidos los de Atlanta, Dallas, Denver y Charlotte, y ha provocado largas filas, retrasos y confusión entre los viajeros. La FAA explicó que los recortes son necesarios para “mantener la seguridad operativa” mientras persiste la crisis política en Washington.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que, si la paralización del gobierno se prolonga, el número de cancelaciones podría aumentar entre un 15 y un 20% en los próximos días. Actualmente, la reducción obligatoria equivale al 10% de los vuelos nacionales.
Las principales aerolíneas del país —United, American, Delta y Southwest— han comenzado a ajustar sus operaciones:
- United Airlines canceló 184 vuelos el viernes y prevé mantener un promedio similar durante el fin de semana.
- American Airlines suspenderá unos 220 vuelos diarios hasta el lunes.
- Southwest Airlines reportó más de 100 cancelaciones diarias, con previsión de incremento.
Mientras tanto, los pasajeros han tenido que buscar alternativas terrestres, con un fuerte aumento en los alquileres de autos reportado por empresas como Hertz. En algunos aeropuertos, como el Intercontinental George Bush de Houston, las filas para pasar los controles de seguridad se extendieron por varias horas.
Expertos en transporte advierten que si el cierre del gobierno continúa, el impacto no solo afectará al turismo y los viajes de negocios, sino también al transporte de carga aérea, que representa casi la mitad de la mercancía nacional. Esto podría traducirse en retrasos logísticos y un aumento en los costos de envío antes de la temporada navideña.
Las aerolíneas han asegurado que reembolsarán a los pasajeros afectados, aunque la legislación vigente no las obliga a cubrir gastos adicionales como alojamiento o alimentación. La FAA, por su parte, reiteró que las reducciones se mantendrán hasta que los datos de seguridad “mejoren de forma verificable” y el personal pueda retomar sus funciones con normalidad.
El cierre del gobierno ya ha dejado a miles de empleados federales sin salario, entre ellos a quienes garantizan la seguridad aérea del país. Los aeropuertos intentan ofrecer apoyo humanitario: en Denver, por ejemplo, se habilitó una despensa de alimentos para los trabajadores de la FAA afectados por la falta de pago.
Fuente: The Associated Press, informes oficiales y medios locales
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