En un esfuerzo por controlar el gasto excesivo y las deudas personales, miles de estadounidenses están optando por unirse al reto de un «año sin compras», un desafío que implica abstenerse de adquirir productos no esenciales durante todo un año. Esta tendencia, que comenzó como un experimento en un blog sobre gestión presupuestaria, ha ganado popularidad en redes sociales como TikTok, donde participantes comparten sus experiencias y luchas cotidianas para evitar gastos impulsivos.
En Nueva York, Elysia Berman, una directora creativa de Brooklyn, se sumó a esta iniciativa tras acumular una deuda considerable en tarjetas de crédito, motivada principalmente por compras de ropa vintage de diseñador. Berman se comprometió a no comprar ropa nueva y limitar sus gastos en productos de belleza y actividades sociales, buscando así reducir sus deudas de forma significativa.
Por otro lado, Amea Wadsworth, recién graduada y residente de San Diego, ve en el reto una oportunidad para ahorrar dinero mientras vive con su madre. Wadsworth lleva un registro detallado de sus gastos, evaluando al final de cada mes si las compras realizadas eran realmente necesarias o meros caprichos.
En el Reino Unido, Mia Westrap, una estudiante de doctorado en Southampton, participa en el reto con el objetivo de ahorrar suficiente dinero para cubrir tres meses de alquiler. Westrap, cuyo mayor gasto solía ser en bebidas carbonatadas y comidas rápidas, ha cambiado sus hábitos de consumo y ahora evita gastar en citas y encuentros sociales que impliquen un desembolso económico.
Este movimiento no solo se enfoca en la recuperación financiera personal, sino que también promueve una mayor conciencia sobre el impacto ambiental del consumo excesivo. Participantes como Sabrina Pare de Detroit han adoptado un enfoque ecológico, reduciendo sus compras para disminuir su contribución a los residuos globales, mientras comparte sus avances y consejos mediante videos en redes sociales.
Expertos en finanzas personales enfatizan que aprender a controlar los impulsos de compra es fundamental para lograr una estabilidad financiera a largo plazo. A medida que el reto del «año sin compras» continúa ganando adeptos, más personas descubren técnicas efectivas que les permiten gestionar mejor sus finanzas y, eventualmente, dirigir sus ahorros hacia inversiones y gastos más significativos en experiencias y relaciones personales.