La Asamblea General de Naciones Unidas solicitó nuevamente este miércoles el fin del embargo económico impuesto por Estados Unidos sobre Cuba, una medida que lleva más de seis décadas y que ha sido cuestionada año tras año en este foro internacional. La resolución obtuvo el apoyo de 187 países, mientras que solo Estados Unidos e Israel votaron en contra, y Moldavia optó por abstenerse.
Desde 1992, Cuba ha promovido estas votaciones anuales en la ONU con el objetivo de visibilizar la oposición global al embargo, al que las autoridades cubanas se refieren como un «bloqueo» que afecta a la población y al desarrollo del país. El Gobierno cubano asegura que la medida, establecida por Washington como una herramienta de presión política, ha causado pérdidas económicas significativas. Según reportes oficiales de la isla, entre marzo de 2023 y febrero de 2024 el embargo generó pérdidas superiores a los 5.000 millones de dólares.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, expresó en redes sociales su satisfacción por el respaldo mayoritario obtenido en la Asamblea General, comparando la situación con la historia de «David contra Goliat». Sin embargo, reconoció que la resolución probablemente no tendrá efectos prácticos inmediatos, ya que, según el mandatario, Estados Unidos suele ignorar la posición de la comunidad internacional sobre este asunto. Díaz-Canel calificó la votación como una muestra de «dignidad y solidaridad universal».
La resolución, aunque no es vinculante, refleja una postura ampliamente compartida a nivel mundial sobre el impacto del embargo en la economía y sociedad cubanas.