Coches dañados por inundación en ciudad

La DANA Se Cifra como Uno de los Peores Desastres Naturales en la Historia de España con 95 Muertes Confirmadas

La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha afectado principalmente a la región este de España se ha convertido en uno de los mayores desastres naturales de las últimas décadas, con un saldo provisional de 95 fallecidos, según las últimas cifras oficiales del Gobierno. De las víctimas, 92 se registraron en la Comunidad Valenciana, mientras que Castilla-La Mancha reporta dos fallecidos, y Andalucía otro. Este fenómeno meteorológico extremo supera en fatalidades a otros eventos históricos como la riada de Biescas en 1996, que dejó 87 muertos, y la riada del Turia en Valencia en 1957, con al menos 81 víctimas mortales.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha calificado esta DANA como la “gota fría más adversa” registrada en la Comunidad Valenciana en lo que va de siglo. Su impacto ha sido incluso mayor que el de la DANA de septiembre de 2019, y se equipara con los devastadores temporales de los años ochenta, en especial el de octubre de 1982, cuando la «pantanada de Tous» causó al menos 30 muertes, y el de noviembre de 1987, que dejó cuatro víctimas mortales. A lo largo de este siglo, se han registrado numerosos eventos extremos en España, pero el fenómeno actual destaca tanto por la severidad de las lluvias como por el trágico balance humano.

Comparación con Desastres Naturales Históricos

Aunque el recuento preciso de víctimas en los desastres naturales ha mejorado en las últimas décadas, la historia de España documenta numerosos eventos de gran magnitud. Entre estos, las riadas del Vallés, en la provincia de Barcelona, ocurridas en septiembre de 1962, representan el mayor desastre natural moderno en el país, con una cifra estimada de entre 600 y 1,000 muertes y miles de heridos. Asimismo, las lluvias torrenciales que afectaron a las provincias de Granada, Almería, Alicante y Murcia en octubre de 1973 causaron al menos 150 muertes, destacándose especialmente Murcia, donde se registraron los daños más severos con 89 víctimas.

Otro desastre significativo fue la tragedia de Ribadelago, en Zamora, cuando el 9 de enero de 1959 el colapso de la presa de Vega de Tera, debido a fuertes lluvias, liberó ocho millones de metros cúbicos de agua, arrasando el pueblo y provocando la muerte de 144 de sus 523 habitantes. Estos eventos reflejan la histórica vulnerabilidad de ciertas zonas del país a las condiciones climáticas extremas y sus impactos devastadores.

Impacto y Respuesta ante el Fenómeno de la DANA

La DANA actual ha afectado de forma severa a la Comunidad Valenciana, donde 92 personas han perdido la vida, y ha generado graves daños en infraestructuras, viviendas y servicios básicos en las zonas afectadas. Además de las muertes registradas en Valencia, en la localidad de Mira (Cuenca) falleció una mujer de 88 años, y en Letur (Albacete) se confirmó la muerte de otra persona. En Andalucía, un hombre de 71 años en Málaga también perdió la vida debido a las inundaciones.

Los expertos han destacado la intensidad y duración de este fenómeno, que ha sido resultado de una combinación de bajas presiones y el ingreso de aire frío en capas superiores de la atmósfera, condiciones que favorecen precipitaciones torrenciales. Este evento ha llevado a la AEMET a mantener alertas y advertencias para zonas de riesgo en el sureste y este del país, recomendando precaución y colaboración con los servicios de emergencia en áreas vulnerables.

Otros Desastres Recientes y el Contexto del Cambio Climático

En las últimas décadas, España ha experimentado una serie de desastres naturales que han afectado tanto a las personas como a la economía, intensificados en frecuencia e impacto debido a fenómenos asociados al cambio climático. En 2021, la erupción del volcán en La Palma obligó a desalojar a miles de personas y provocó pérdidas materiales de gran magnitud, aunque sin víctimas mortales. Asimismo, la histórica tormenta de nieve «Filomena» a principios de 2021 paralizó el centro y este de la península, causando numerosos daños económicos y operativos.

Eventos más lejanos en el tiempo, como la riada de Badajoz en 1997 y el terremoto de Lorca en 2011, en el que murieron 9 personas y resultaron heridas 324, recuerdan la continua vulnerabilidad de España a fenómenos extremos y la importancia de fortalecer las medidas de prevención y respuesta ante emergencias. A lo largo del año, el país ha sido impactado de manera recurrente por olas de calor, incendios forestales y tormentas, subrayando los desafíos ambientales en un contexto global de cambio climático.

La DANA de este año, que ha alcanzado una de las cifras de mortalidad más altas en décadas, resalta la urgencia de reforzar tanto las infraestructuras como las estrategias de respuesta ante emergencias, así como de adaptar las comunidades y zonas de riesgo a las nuevas realidades climáticas que España enfrenta en el siglo XXI.

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