Alberto Ramón Jiménez Méndez, originario de Sancti Spíritus y actual electricista de locomotoras en el Taller Ciro Redondo de Villa Clara, encarna la pasión y la dedicación al trabajo ferroviario desde 1977. Su trayectoria comenzó en 1969, después de estudiar en el Instituto Tecnológico Cándido González Morales y trabajar en Sagua la Grande por cuatro años.
A lo largo de su carrera, Alberto ha adquirido diversas especializaciones, desde mecánica de frenos de aire en Camagüey hasta su actual posición como electricista especializado en motores. En un entorno marcado por dificultades económicas y escasez de piezas, su trabajo se ha centrado en la innovación y colaboración entre compañeros para mantener las locomotoras en funcionamiento.
«Cuando empecé aquí, en el año 77, hacíamos maravillas», recuerda Alberto. Sin embargo, las actuales limitaciones han reducido la capacidad del taller para realizar reparaciones profundas, convirtiéndolo en un centro de rotación donde se revisan pero no se arreglan completamente las máquinas.
A pesar de estos desafíos, Alberto encuentra una profunda satisfacción en su labor, especialmente cuando logra reparar equipos que son esenciales para el transporte de la comunidad, incluyendo el acceso a la educación para muchos niños. «La satisfacción más grande es poder arreglar un equipo roto y prestar un servicio a la población», afirma.
Con décadas de servicio, su compromiso sigue inquebrantable. «Pienso seguir trabajando hasta que mi salud me lo permita», señala Alberto. Para él, su equipo de trabajo es como una familia, unida en la búsqueda constante de soluciones para mantener los trenes en movimiento. «Llevo muchos años aquí y no pienso irme hasta que el destino me lo ordene», concluye con determinación.