La situación del suministro de agua en Cuba continúa siendo crítica, con solo la mitad de la población disfrutando de un acceso regular y seguro al recurso hídrico. Según Alexis Acosta Cruz, vicepresidente de la OSDE Agua y Saneamiento, pese a contar con una infraestructura compuesta por 2,600 sistemas de acueducto y más de 24,000 kilómetros de redes, la cobertura efectiva es limitada.
Durante una reciente aparición en el programa Mesa Redonda, Acosta explicó que apenas un 48% de la población está conectada a sistemas que cumplen con los estándares de calidad y disponibilidad requeridos para considerarse seguros. El resto de los ciudadanos depende de suministros alternativos como camiones cisterna, especialmente en áreas remotas y urbanizaciones sin infraestructura adecuada.
Las regiones orientales del país enfrentan los mayores desafíos, con problemas significativos también reportados en zonas montañosas y en la ciudad de Santa Clara. A pesar de esfuerzos recientes para mejorar la situación, la falta de recursos y las dificultades técnicas han limitado el progreso.
José Antonio Hernández Álvarez, presidente del OSDE Agua y Saneamiento, destacó la implementación de programas de inversión para la reposición de equipos y la mejora de la eficiencia energética en los sistemas de bombeo. Sin embargo, el suministro sigue siendo altamente dependiente de la electricidad, y los cortes de energía son un obstáculo frecuente que retrasa la entrega de agua, afectando a miles de ciudadanos diariamente.
Además, la situación económica ha exacerbado los problemas del sector. Los incrementos en los precios de la electricidad y los combustibles han llevado a un aumento sustancial en el costo de abastecimiento de agua, reveló Hernández. A pesar de estos aumentos, el precio que paga la población por el agua está muy por debajo de su costo real, afectando la sostenibilidad financiera de las operaciones.
El gobierno reconoce la existencia de entre 2,500 y 3,000 fugas en las redes de distribución, las cuales están siendo atendidas con recursos nacionales limitados. Mientras tanto, más de medio millón de personas se ven afectadas por interrupciones regulares en el suministro debido a roturas, falta de electricidad y otros factores operacionales.