En una acción decisiva, la agencia Confraria de Sons & Charutos, con sede en Brasil, anunció la terminación de su relación profesional con un individuo asociado a acusaciones de abuso sexual en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, Cuba. La medida se produce tras la difusión de un reportaje por la revista El Estornudo, que sacó a la luz pública las graves denuncias contra miembros de esta prestigiosa institución educativa.
Mediante un comunicado en Instagram, la agencia declaró su decisión de prescindir de los servicios del implicado en cualquier proyecto presente o futuro, aunque sin mencionar su nombre directamente. La persona en cuestión, identificada por fuentes como Ayrton Paul, compositor y sonidista en formación, tenía vínculos profesionales con la agencia y era estudiante de la EICTV. Paul, según se informa, ha desaparecido de las plataformas digitales y no participó en la ceremonia de graduación de la institución, un evento que se vio marcado por las protestas de los asistentes.
La respuesta de Confraria de Sons & Charutos subraya su compromiso con la lucha contra la violencia de género, enfatizando que los perpetradores de tales actos pueden ocultarse en cualquier entorno social, ya sea como amigos, clientes, familiares o colegas. La agencia extendió su apoyo a las víctimas de violencia en la EICTV, reiterando la importancia de reconocer y enfrentar estas conductas para prevenir futuras incidencias.
El reportaje que precipitó esta decisión, elaborado por el periodista Mario Luis Reyes, reveló una serie de impactantes testimonios sobre abusos sexuales, acoso y revictimización dentro de la EICTV. La investigación, fruto de años de trabajo, destapó la existencia de un ambiente hostil y tóxico, exacerbado por la inacción de los directivos de la escuela ante las denuncias presentadas.
La EICTV, conocida por su nivel académico y contribuciones al cine latinoamericano, se encuentra ahora en el centro de una tormenta mediática por las acusaciones de abuso sexual sistémico y la falta de medidas efectivas para abordar y prevenir estos delitos dentro de su comunidad. Este caso ha provocado una reflexión profunda sobre la seguridad y el bienestar de los estudiantes en entornos educativos, subrayando la necesidad de políticas más rigurosas para proteger a las víctimas y garantizar un ambiente de estudio seguro para todos.