Este domingo, la tormenta Debby, que previamente impactó otras áreas de Cuba, ha dejado intensas precipitaciones e inundaciones en la capital, La Habana. Las lluvias continuas y fuertes han saturado varias zonas de la ciudad, especialmente áreas bajas como Cuatro Caminos, donde las calles se han visto sumergidas bajo el agua.
A medida que Debby avanzaba desde el Golfo de México, tras haber impactado a la isla como onda tropical, no dejó de marcar su presencia en La Habana. Incluso antes de transformarse en tormenta, el fenómeno meteorológico había afectado significativamente al oriente y centro de Cuba. Localidades como Granma y Santiago de Cuba reportaron precipitaciones que superaron los 100 milímetros, con algunas zonas montañosas alcanzando más de 200 milímetros.
El domingo, las condiciones empeoraron cuando Debby descargó más lluvias sobre la capital. Las inundaciones recurrentes afectaron la movilidad, con vehículos y peatones luchando para transitar por calles inundadas y sistemas de drenaje sobrecargados de agua y residuos. La acumulación de basura en las esquinas y calles contribuyó a las dificultades, agravando aún más la situación.
A pesar de que los vientos huracanados disminuyeron para el lunes por la mañana, los efectos de la tormenta en La Habana fueron evidentes, con árboles y cables caídos en diversas áreas. La suspensión temporal de algunos servicios de transporte, como la lanchita de Regla, se hizo necesaria debido al deterioro del clima.
Residentes de La Habana ahora enfrentan las consecuencias de las inundaciones, incluyendo daños en sus hogares como goteras y el riesgo de derrumbes, temores renovados tras las recientes lluvias. Aunque la tormenta se dirige hacia Estados Unidos, sus efectos aún resuenan en la ciudad, dejando a muchos esperando que no haya más daños a medida que la temporada de ciclones continúa desarrollándose.