LA HABANA – Fincimex, la entidad financiera operada por Gaesa, ha informado sobre el notable incremento en la infraestructura de pagos electrónicos en Cuba, destacando la existencia de más de 20,000 terminales de punto de venta (TPV) en todo el territorio nacional. Estos terminales permiten realizar transacciones con una variedad de tarjetas tanto nacionales como internacionales, registrando cerca de 30 millones de transacciones en el primer semestre del año.
Sin embargo, a pesar de estos avances, numerosos cubanos expresan su insatisfacción debido a problemas recurrentes que limitan la efectividad del sistema. Las frecuentes interrupciones en el suministro eléctrico, especialmente en provincias, y una infraestructura de telecomunicaciones deteriorada, con conexiones a internet inestables y de baja calidad, son obstáculos significativos que impiden la utilización óptima de los servicios de pago electrónico.
Los TPV en Cuba, que cuentan con tecnología de conectividad IP y opciones inalámbricas adaptadas para diferentes formas de gestión no estatal, no generan costos adicionales para los comerciantes, asegurando que el soporte técnico y los insumos necesarios están incluidos. Sin embargo, la realidad de los fallos en servicios esenciales como la electricidad y el internet hacen que esta tecnología no pueda ser aprovechada plenamente en muchas áreas.
Además, Fincimex administra una serie de operaciones financieras y transacciones de remesas, imponiendo comisiones que varían según el tipo de servicio y el método de envío o recepción. Aunque el sistema de pagos está diseñado para facilitar transacciones eficientes y seguras, certificado por entidades como Visa y Mastercard, los desafíos infraestructurales representan una barrera considerable para su implementación universal en la isla.
El gobierno cubano promueve activamente la adopción de pagos electrónicos en el sector comercial para mejorar la eficiencia de las transacciones y ofrecer más opciones a los consumidores. No obstante, la falta de servicios básicos confiables sigue siendo una preocupación central para muchos ciudadanos que ven limitadas sus capacidades para beneficiarse de estos avances tecnológicos.