La seguridad en torno al presidente Donald J. Trump se ha intensificado de manera extraordinaria tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido el 10 de septiembre en Utah, un hecho que ha generado conmoción en todo Estados Unidos y ha elevado los niveles de alerta en los eventos presidenciales.
De acuerdo con reportes de Reuters y otros medios internacionales, el Servicio Secreto ha implementado protocolos reforzados que incluyen cambios de localización en actos oficiales y medidas de control más rigurosas en concentraciones públicas. La primera muestra de este ajuste se observó en la ceremonia del 11 de septiembre en el Pentágono, que fue trasladada a un espacio considerado más seguro.
El foco de atención se encuentra ahora en Nueva York, donde Trump asiste al juego entre los Yankees y los Tigers en el Yankee Stadium. La presencia del mandatario en este evento deportivo ha motivado un despliegue de seguridad sin precedentes. Las puertas del estadio fueron abiertas desde las cuatro de la tarde, mucho antes de lo habitual, con el fin de garantizar revisiones exhaustivas a los asistentes. El acceso quedó limitado únicamente a bolsos pequeños de tipo “clutch” con dimensiones máximas de 4.5 × 6.5 pulgadas, mientras que se prohibieron botellas, latas, líquidos y dispositivos electrónicos de gran tamaño como laptops o tabletas. Además, se establecieron zonas de acceso restringido dentro y fuera de las instalaciones, con fuerte presencia de la policía de Nueva York y del propio Servicio Secreto.
La visita del presidente al Yankee Stadium se produce en un contexto de máxima tensión, marcado por el atentado que acabó con la vida de Kirk y que ha sacudido al movimiento conservador. Expertos señalan que la prioridad de las autoridades es evitar cualquier riesgo adicional y garantizar la seguridad presidencial en un momento particularmente delicado para la política estadounidense. Todo indica que estos protocolos extraordinarios se mantendrán en los próximos actos públicos de Trump, reflejando el esfuerzo del gobierno por blindar cada aparición del mandatario.
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