Washington, 24 de agosto de 2025 – La vida cotidiana en Estados Unidos atraviesa un proceso de cambio acelerado bajo la política migratoria de la administración Trump, que ha prometido la mayor operación de deportación en la historia del país. Mientras las redadas y detenciones crecen en visibilidad, una transformación más silenciosa se expande en barrios, comercios y escuelas, dejando un impacto profundo en la economía y el tejido social.
Según un extenso reportaje de CNN (Catherine Shoichet, Isa Cardona, David Culver, Ione Molinares y Uriel Blanco), el miedo a ser detenido ha provocado la desaparición de trabajadores, clientes y familias enteras de espacios públicos. María López, vendedora en un centro comercial de Georgia, resume la situación: “Es como si un día todos se hubieran esfumado de repente. La gente tiene miedo de ser arrestada solo por estar en la calle. Y es agotador”.
Comercios vacíos y trabajos sin cubrir
En lugares como Plaza Fiesta, en Atlanta, antes abarrotado de familias latinas en busca de vestidos para quinceañeras, hoy predominan el silencio y los pasillos vacíos. Vendedores señalan que las celebraciones se han reducido al ámbito familiar por temor a ser detectados.
En Virginia, el empresario Carlos Castro tuvo que despedir a carniceros y panaderos capacitados tras la cancelación de sus permisos de trabajo. “Lo que antes se hacía en poco tiempo ahora toma más, y la gente se desanima, se va y no compra nada”, lamentó.
En los huertos de Oregón, las cerezas se pudren en los árboles por falta de mano de obra migrante. Según el agricultor Ian Chandler, la ausencia de trabajadores podría costarle más de 250.000 dólares en pérdidas.
Impacto en las familias y la salud mental
Más allá de lo económico, el clima de temor está generando consecuencias emocionales. Una inmigrante salvadoreña en Maryland sufrió un ataque de ansiedad que la llevó a decidir su retorno a El Salvador: “Una vida con miedo no es vida”, dijo a CNN antes de abordar el vuelo de regreso.
En las escuelas, los efectos son igualmente visibles. Velia Cortalano, directora de un centro educativo en Nuevo México, relató que algunos estudiantes no asisten por miedo a que sus padres sean detenidos. “Aunque estén aquí, no pueden participar plenamente. Viven con la tensión de no saber quién los recogerá al final del día”, explicó.
Restaurantes y espacios comunitarios bajo presión
Restauranteros en Los Ángeles y Mississippi reportan caídas drásticas en la clientela tras rumores de redadas. “Todos son legales, pero igual tienen miedo de que los molesten o se los lleven solo por cómo se ven o cómo hablan”, aseguró Ray Yaptinchay, copropietario de un restaurante filipino en California.
Eventos comunitarios también se ven golpeados. En Chicago, el organizador del Gran Festival Colombiano, Jorge Ortega, admitió que muchos vendedores desistieron por miedo, aunque decidió mantener la actividad: “Celebramos nuestra independencia, presentamos nuestra cultura. Al final, ganamos porque vencimos el miedo”.
Un país en transformación
Lo que para algunos es una política necesaria de seguridad fronteriza, para miles de familias significa la ruptura de comunidades enteras. CNN concluye que el efecto inmediato es un Estados Unidos donde los supermercados, restaurantes, templos e incluso las escuelas sienten la ausencia de una parte fundamental de la población.
El impacto de esta ofensiva migratoria seguirá marcando la agenda social y política, en un país que enfrenta el dilema entre la aplicación estricta de la ley y la preservación de la diversidad que lo caracteriza.
#EEUU #Migración #Comunidades #Trump #CNN