El reconocido juez estadounidense Frank Caprio, famoso por su estilo compasivo en los tribunales y conocido popularmente como “el juez más amable del mundo”, falleció este miércoles a los 88 años víctima de un cáncer de páncreas, según confirmó su familia en redes sociales.
Caprio se convirtió en una figura nacional gracias a su forma cercana y humana de impartir justicia en Providence, Rhode Island, donde ganó notoriedad por escuchar las historias de los acusados antes de dictar sentencia, demostrando que la ley podía convivir con la empatía. Sus audiencias televisadas y difundidas en plataformas digitales lo convirtieron en un referente de la justicia con rostro humano.
En un comunicado publicado en su cuenta oficial de Instagram, sus allegados destacaron que fue “amado por su compasión, humildad e inquebrantable fe en la bondad de las personas”. Añadieron que “su calidez, humor y amabilidad dejaron una huella indeleble en millones de personas”.
El gobernador de Rhode Island, Dan McKee, ordenó que las banderas estatales ondeen a media asta hasta el día de su entierro y lo describió como “un símbolo de empatía en el banquillo, mostrándonos lo que es posible cuando la justicia se atempera con humanidad”.
Además de su carrera judicial, Caprio será recordado como un hombre de familia, esposo, padre, abuelo y bisabuelo dedicado. Su legado perdura en los innumerables actos de bondad que inspiró y en la memoria de quienes lo vieron transformar la solemnidad de un tribunal en un espacio donde la justicia se mezclaba con la comprensión humana.
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