El humo blanco ya ha salido de la Capilla Sixtina: la Iglesia católica ha elegido al sucesor del papa Francisco. Tras dos jornadas de deliberaciones y dos fumatas negras, la primera votación de la tarde concluyó con el esperado consenso entre los 133 cardenales electores. El mundo aguarda ahora, con el corazón en suspenso, la aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde se pronunciará el tradicional Habemus Papam.
Según reporta laSexta, la emoción es palpable en la Plaza de San Pedro, donde más de 30.000 fieles siguen atentos cada detalle del ritual que sigue a la elección. A esta hora, el nuevo pontífice se encuentra en la llamada Sala de las Lágrimas, donde se reviste con la sotana blanca y cumple con los trámites protocolares, como la aceptación formal del cargo y la elección del nombre papal.
Un dato curioso, que no ha pasado desapercibido para los observadores más atentos, podría ofrecer una pista inesperada sobre la identidad del nuevo Papa incluso antes del anuncio oficial. El protocolo establece que el encargado de proclamar el Habemus Papam es el protodiácono, actualmente el cardenal Dominique Mamberti. Sin embargo, si en lugar de Mamberti aparece en el balcón el cardenal Mario Zenari —nuncio apostólico en funciones— esto significaría que Mamberti ha sido elegido como el nuevo Papa, y por tanto no puede anunciarse a sí mismo.
Este tipo de detalles añade aún más dramatismo a un momento ya de por sí cargado de simbolismo e historia. La elección, que se resolvió tras tres votaciones en dos días, se sitúa dentro de la media de los últimos diez cónclaves. Según datos del Vaticano, solo Pío XI requirió más sufragios (14 en 5 días), mientras que el proceso para elegir a Benedicto XVI y a Francisco fue también breve, con 4 y 5 votaciones respectivamente.
Mientras tanto, el mundo observa con atención. ¿Será Mamberti el nuevo Papa? ¿Qué nombre adoptará el sucesor de Francisco? ¿Cuál será su perfil doctrinal y su visión para una Iglesia en transformación?
En los próximos minutos, la Iglesia católica abrirá un nuevo capítulo en su historia milenaria. Y todo comenzará con una frase que ya resuena en la plaza y en los corazones de millones de creyentes: Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam.
