El cantautor cubano Silvio Rodríguez ha generado un intenso debate tras sus recientes declaraciones en su blog Segunda Cita, donde expresa su preocupación por la pérdida de la dignidad nacional y el deterioro de los valores en la sociedad cubana. Aunque no menciona directamente el Festival del Habano, su mensaje ha sido interpretado como una crítica velada a la ostentosa celebración de este evento en el Capitolio de La Habana, en contraste con la crisis que enfrenta el país.
«Distintas señales sugieren la desaparición de la dignidad nacional»
En su publicación del 2 de marzo de 2025, Rodríguez escribió:
«Distintas señales sugieren que está ocurriendo una especie de desaparición paulatina del sentido de dignidad nacional. Lo siento en hechos ciudadanos del día a día. Lo siento en la carnavalización de la estatua de la nación y la tumba del mambí desconocido. Lo siento en un video que muestra un cadáver reciente, lleno de heridas, ante el que los presentes hacen diversos comentarios. ¿A dónde hemos llegado para que puedan pasar estas cosas, para que se trivialice lo sagrado, para que se le falte el respeto a la memoria de un ser humano, a su familia, a las personas que le aman?»
Rodríguez también advirtió sobre el impacto que puede tener en Cuba la crisis global y el avance de tendencias autoritarias en el mundo, haciendo referencia a lo que considera una «revolución negativa» que podría agravar aún más la situación del país.
«Un imperio en decadencia puede revolucionar el mundo. Es más que evidente. Claro que hay revoluciones progresistas y revoluciones retrógradas. El alcance de esta nueva revuelta mundial lo estamos empezando a ver y a padecer, quién sabe hasta cuándo. El efecto que pudiera hacernos en Cuba no es esperanzador. Todo apunta a que nos van a hacer más daño, además del inmenso que nos han hecho. Esto, sumado a la involución que desde hace tiempo venimos experimentando por nuestra propia cuenta, nos hace cada vez más sensibles a los efectos de esta revolución negativa».
Críticas y elogios: ¿silencio cómplice o despertar tardío?
La publicación de Rodríguez ha desatado opiniones encontradas en redes sociales y entre figuras públicas. Algunos lo apoyan y consideran que es una voz necesaria dentro de la cultura cubana, mientras que otros lo critican por haber «despertado demasiado tarde», cuando su influencia ya no es la misma que en décadas anteriores.
Entre quienes respaldan su mensaje, destacan seguidores que coinciden en que la sociedad cubana atraviesa una pérdida de valores y un aumento de la desigualdad. Comentarios como «Es bueno que alguien con su relevancia hable de esto» o «Ojalá más artistas se atrevan a decir lo que piensan» reflejan el apoyo de quienes ven en sus palabras una alerta sobre la situación del país.
Sin embargo, hay un sector crítico que lo acusa de oportunismo y de haber callado durante demasiado tiempo. En redes sociales, algunos cubanos han calificado al trovador como un «Flo», un término despectivo usado en la isla para referirse a alguien que evita tomar posturas firmes o llega tarde a los debates.
«Ahora es que Silvio se da cuenta de la realidad cubana, cuando ya está viejo y fuera de juego. Antes calló porque le convenía», escribió un usuario en Twitter.
«No tuvo el valor de alzar la voz cuando más se necesitaba. En 2021, cuando el pueblo salió a las calles, él prefirió mantenerse tibio», comentó otro internauta.
Otros han señalado que Rodríguez ha sido parte del sistema que hoy critica, lo que genera dudas sobre la sinceridad de su postura.
«Ahora que su prestigio está en decadencia, intenta quedar bien con todos. Pero durante años fue una de las voces más fieles al gobierno y nunca cuestionó nada», expresó otro usuario.
El Festival del Habano y la polémica del lujo en tiempos de crisis
El debate en torno a las palabras de Silvio Rodríguez surge en medio de las críticas por la celebración del Festival del Habano, un evento de lujo que reunió a más de 1,300 participantes de 70 países y que incluyó una gala en el Capitolio de La Habana, además de una subasta de humidores de lujo, en la que se recaudaron cerca de 18 millones de euros, fondos que, según los organizadores, serán destinados al sistema de salud pública.
Sin embargo, el evento ha sido fuertemente cuestionado en redes sociales y por figuras incluso cercanas al oficialismo, debido al contraste entre la ostentación de este sector privilegiado y las dificultades diarias que enfrenta la población cubana.
Al respecto, Rodríguez escribió en su blog:
«Entiendo que no seamos como quisimos ser; entiendo que falta mucho todavía. Pero no puedo entender el irrespeto y la falta de calidad humana. Ojalá las cubanas y cubanos de vergüenza no permitamos la indignidad y la destrucción de esta Patria que ha costado tanto construir y defender».
Silvio Rodríguez y su distanciamiento del discurso oficialista
En los últimos años, Rodríguez ha mostrado un mayor distanciamiento del discurso oficial, marcando un cambio respecto a su postura en décadas anteriores. En 2021, tras las protestas del 11 de julio, reconoció la legitimidad del descontento popular y se reunió con manifestantes detenidos.
También ha cuestionado en varias ocasiones la versión oficial sobre la crisis en Cuba. En una entrevista en 2022, afirmó que «no todo lo malo que pasa en Cuba se puede achacar al embargo», algo que en el pasado no solía reconocer públicamente.
No obstante, su distanciamiento no ha sido total, lo que le ha valido tanto elogios como críticas. Para algunos, sigue siendo un intelectual comprometido con la realidad del país; para otros, simplemente un oportunista que intenta limpiar su imagen en un momento donde el descontento social es evidente.
Un país en crisis y un artista en la encrucijada
El debate sobre el Festival del Habano y las palabras de Silvio Rodríguez reflejan una realidad innegable: la creciente desigualdad y el desencanto social en Cuba.
Mientras una élite privilegiada disfruta de eventos exclusivos, gran parte de la población enfrenta escasez de alimentos, medicinas y productos básicos. En este contexto, las palabras del trovador han avivado una discusión más profunda sobre el futuro del país y el papel de las figuras públicas en este debate.
¿Es Silvio Rodríguez una voz que sigue teniendo peso en la sociedad cubana o simplemente un artista que ahora intenta redimirse? La respuesta sigue dividiendo opiniones.