El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto bloquear la adquisición de United States Steel (US Steel) por parte de la siderúrgica japonesa Nippon Steel, luego de que el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos (CFIUS) expresara su preocupación por los riesgos a la seguridad nacional que podría implicar la operación. Según el diario Financial Times, el Comité ha informado a Nippon Steel que la transacción no podría llevarse a cabo debido a estos riesgos, y que no hay medidas posibles que puedan mitigar dichas preocupaciones.
A pesar de esto, Nippon Steel ha declarado que no ha recibido ninguna comunicación oficial del Comité sobre el caso, y ha reiterado que siempre ha sostenido que la adquisición no representaría ninguna amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. En un comunicado, la empresa asiática señaló: «Nippon Steel confía en que el Gobierno de Estados Unidos gestionará este proceso de manera adecuada y conforme a la ley».
Por otro lado, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declaró que el análisis del Comité es «sorprendentemente independiente» y, aunque aún no se ha emitido una recomendación formal al presidente, se espera que la decisión final de Biden esté alineada con las conclusiones del informe.
Fuentes anónimas citadas por Bloomberg indican que el presidente Biden podría vetar la transacción tan pronto como el Comité emita oficialmente su dictamen, lo que se espera que ocurra en los próximos días.
Impacto económico y posible cierre de plantas
En medio de estas tensiones, US Steel advirtió que, de no concretarse la venta, la empresa podría verse obligada a cerrar algunas de sus plantas y posiblemente trasladar su sede, que actualmente se encuentra en Pittsburgh, Pensilvania. La operación estaba valorada en 14.100 millones de dólares (12.683 millones de euros), y la compañía ha expresado que sin esta venta, su futuro podría estar en riesgo.
David Burritt, consejero delegado de US Steel, señaló que Nippon Steel se comprometió a invertir alrededor de 3.000 millones de dólares (2.699 millones de euros) para modernizar las plantas con tecnología obsoleta, algo que sería esencial para mantener la competitividad y proteger los empleos. «Si el acuerdo fracasa, no podremos llevar a cabo estas inversiones. No tengo el dinero», declaró Burritt.
Estas declaraciones del directivo de US Steel se dieron días después de que la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, expresara su oposición a la compra, argumentando que US Steel «debería permanecer bajo control estadounidense». Incluso el expresidente Donald Trump se ha pronunciado sobre el tema, pidiendo directamente que la operación sea bloqueada por completo.
Consecuencias políticas y económicas
La situación en torno a la compra de US Steel por parte de Nippon Steel ha generado un amplio debate en Estados Unidos, donde tanto demócratas como republicanos han manifestado su preocupación por el impacto que la venta de una de las principales siderúrgicas del país a una empresa extranjera podría tener en la seguridad nacional y la economía.
Por el momento, la decisión final está pendiente de la revisión oficial del Comité de Inversiones Extranjeras y de la decisión del presidente Biden, pero se espera que las próximas semanas sean cruciales para el futuro de US Steel y su viabilidad económica en un mercado global altamente competitivo.
