La Habana, 9 de octubre de 2025 – Por Redacción CubaHerald
Los zoológicos en Cuba, antaño considerados espacios de recreación familiar y educación ambiental, atraviesan una de las peores crisis de su historia. Las denuncias de visitantes, trabajadores y organizaciones de protección animal revelan condiciones inhumanas de encierro, desnutrición y abandono, que han convertido estos parques en un reflejo del deterioro estructural y ético del país.
El Zoológico de 26, en el Vedado habanero, es uno de los casos más emblemáticos. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran jaulas oxidadas, animales famélicos y espacios cubiertos de basura. Según reporta CiberCuba, varios visitantes denunciaron que los leones permanecen inmóviles por debilidad, los estanques están secos y los cuidadores carecen de alimentos y medicamentos para los animales.
Trabajadores del propio recinto confirmaron al PanAm Post que, ante la falta de recursos, algunos ejemplares son alimentados con sobras de mataderos o restos de otros animales muertos dentro del mismo parque. La situación, dicen, se agrava con los apagones y la escasez de agua, lo que impide mantener las condiciones mínimas de higiene.
El Zoológico Nacional de Cuba, ubicado en las afueras de La Habana, tampoco escapa de esta realidad. Aunque oficialmente se anunció su “cierre temporal por reparaciones”, los visitantes habituales aseguran que las instalaciones llevan años deterioradas, con jaulas rotas, pastizales sin mantenimiento y estructuras corroídas. En Sancti Spíritus, Matanzas y Santiago de Cuba, las denuncias son similares: animales desnutridos, recintos sucios y ausencia total de personal veterinario estable.
Organizaciones defensoras de los animales, tanto dentro como fuera de la isla, acusan al Estado cubano de violar los principios básicos del bienestar animal reconocidos en la propia legislación nacional, que obliga a garantizar alimentación, salud y condiciones adecuadas a toda fauna bajo custodia humana. Sin embargo, la Empresa Cubana de Zoológicos, adscrita al Ministerio de la Agricultura, guarda silencio ante las denuncias.
“Lo que ocurre en los zoológicos cubanos es una forma de crueldad institucionalizada”, expresó una activista entrevistada por CubaHerald. “Estos lugares ya no cumplen función educativa ni científica; se han convertido en prisiones de sufrimiento para animales que languidecen a la vista del público”.
Expertos coinciden en que el deterioro de los zoológicos refleja la profunda crisis económica y moral del sistema estatal, que no ha sabido priorizar la conservación ni el respeto por la vida animal. Algunos sugieren cerrar temporalmente los recintos y convertirlos en centros de rehabilitación, con apoyo internacional y gestión independiente.
Mientras tanto, miles de visitantes observan año tras año la lenta agonía de los animales, símbolos de un país donde el abandono ya no distingue entre humanos o bestias.
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