El Gobierno de Venezuela ha lanzado fuertes críticas contra Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, acusándolo de apoyar un supuesto golpe de estado en el país sudamericano y de actuar bajo las órdenes de Estados Unidos. La controversia surge tras comentarios de Borrell sobre la falta de pruebas públicas que validen la reelección de Nicolás Maduro como presidente.
Yván Gil, Ministro de Exteriores de Venezuela, expresó su repudio a través de su cuenta de Telegram, calificando las declaraciones de Borrell como una muestra de «odio y complejo». Gil acusó a Borrell de mantener una «conducta intervencionista y neocolonial», y de apoyar un golpe de estado fascista en Venezuela.
Estas declaraciones se dieron después de que Borrell afirmara que la Unión Europea solo reconocerá resultados electorales que puedan ser verificados de manera independiente, asegurando así el respeto a la voluntad del pueblo venezolano. En respuesta, Gil describió el comunicado de Borrell como «un burdo panfleto» y una «afrenta a la dignidad nacional».
El ministro venezolano también exigió a la Unión Europea que se abstenga de emitir opiniones sobre los asuntos internos de Venezuela, advirtiendo que el continuado irrespeto a la soberanía del país podría tener consecuencias para las relaciones diplomáticas entre ambas partes.
Gil concluyó sus declaraciones asegurando que el gobierno venezolano no tolerará ningún acto que viole los principios de la Constitución y el Derecho Internacional. Este incidente añade tensión a las ya complicadas relaciones entre Venezuela y la Unión Europea, en un contexto de disputas políticas y denuncias de irregularidades en las recientes elecciones presidenciales del 28 de julio.