La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) ha desmentido en las últimas horas las versiones que circulaban en redes sociales sobre la supuesta retirada de una de las patanas turcas generadoras de electricidad instaladas en La Habana. En una escueta publicación compartida en su perfil oficial de Facebook, la entidad calificó de «totalmente falsa» la información, asegurando que el movimiento del buque forma parte de operaciones logísticas habituales de la compañía y no implica el desmantelamiento de las capacidades de generación actuales.
“El arribo del buque es parte de la compañía y llega a su base logística en La Habana”, afirmó la UNE en su mensaje, acompañado de etiquetas como #Falsa y #UnidosXCuba.
A pesar de esta aclaración, la situación energética sigue siendo extremadamente crítica en todo el país, con reportes diarios de apagones prolongados e inestables que afectan tanto a zonas urbanas como rurales. En múltiples provincias, los cortes eléctricos superan las seis y hasta ocho horas diarias, generando un profundo malestar entre la población y afectando gravemente sectores sensibles como la salud, la educación y el comercio.
Mientras la UNE se esfuerza por controlar la narrativa informativa en redes sociales, la realidad cotidiana contrasta con sus mensajes de estabilidad. Las promesas de mejoría en el servicio eléctrico no se han traducido en alivio palpable para los ciudadanos, quienes enfrentan el calor sofocante, la interrupción de servicios básicos y el deterioro de productos refrigerados, sin un cronograma de solución claro.
El prolongado déficit de generación eléctrica —atribuido a la obsolescencia del parque termoeléctrico, la escasez de combustible y las limitadas alternativas energéticas— sigue evidenciando la incapacidad estructural del sistema para garantizar un servicio estable y continuo.
Aunque la presencia de las patanas turcas ha servido de alivio parcial en ciertos momentos, su impacto es insuficiente para cubrir la demanda nacional, especialmente durante los meses de mayor consumo.
La publicación de la UNE desmiente un rumor, pero no oculta una verdad más incómoda: el sistema eléctrico cubano sigue en crisis y los apagones interminables continúan marcando la vida diaria de millones de ciudadanos.
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