La historia de Daibelis Veloz López, una joven madre de 26 años residente en la comunidad Loma del Ganso, en el municipio de San Juan y Martínez, ha conmovido a muchos tras sobrevivir a una de las complicaciones postparto más delicadas registradas recientemente en el hospital provincial Abel Santamaría Cuadrado.
Después de dar a luz a sus gemelos, Dairon y Darío, mediante cesárea en el mes de febrero, Daibelis comenzó a presentar hemorragias severas y persistentes. A los pocos días de haber recibido el alta médica, sufrió un sangramiento incontrolable que obligó a su traslado de urgencia al hospital. Lo que siguió fueron meses de intervenciones quirúrgicas, cuidados intensivos y transfusiones constantes, en un escenario donde su vida pendía de un hilo.
Durante cerca de tres meses, permaneció ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos número 3, en estado crítico. A pesar de múltiples intervenciones, el sangramiento continuaba, y la falta de un diagnóstico definitivo dificultaba la aplicación de un tratamiento específico. Se sospecha de un trastorno relacionado con la coagulación, pero deberán pasar varios meses antes de realizar estudios concluyentes, debido a los efectos de los hemocomponentes recibidos.
De acuerdo con los médicos que atendieron el caso, hasta 21 transfusiones diarias fueron necesarias en los momentos más graves. Para la familia, fue un proceso de constante incertidumbre. Su hermana, su esposo y otros allegados no se separaron de ella durante el tiempo de ingreso, mientras los recién nacidos quedaban bajo el cuidado de otros familiares.
El equipo médico optó por medidas poco convencionales, como compresiones externas y tratamiento con medicamentos especiales para inducir la coagulación. También se solicitó la colaboración de especialistas nacionales del programa materno infantil y del Instituto de Hematología, ante la complejidad del cuadro clínico.
Daibelis estuvo consciente la mayor parte del tiempo, lo que, según explicó su familia, fue emocionalmente desgastante tanto para ella como para su entorno. “Yo lloraba mucho, pensaba que no iba a ver a mis niños de nuevo”, relató al ser dada de alta.
Finalmente, tras semanas de evolución favorable, Daibelis logró regresar a casa hace poco más de una semana. Aunque aún se encuentra en proceso de recuperación —con una herida quirúrgica que tardará meses en cerrar por completo—, se mantiene estable y cerca de sus hijos.
El caso deja en evidencia los desafíos que aún persisten en el manejo de emergencias obstétricas graves, así como la importancia de contar con redes de apoyo tanto médicas como familiares. Su historia es, ante todo, la de una mujer que enfrentó una crisis de salud compleja en un entorno de recursos limitados, y que ahora se recupera lentamente, acompañada por los suyos.
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