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Un Movimiento de Solidaridad desde Madrid hasta Cuba

En el corazón de Madrid, en el Barrio Imperial, la solidaridad hacia Cuba se ha transformado en un movimiento que crece y se fortalece día a día. La farmacia Juan Duque 30 (JD30), bajo la dirección de María De Quintana, ha jugado un papel crucial en este proceso. Este establecimiento comenzó donando medicamentos que no necesitan prescripción médica y suplementos alimenticios a los cubanos necesitados, con el apoyo de los vecinos del barrio y los pacientes de la farmacia.Cuba

El proyecto que inició como una pequeña acción voluntaria, ahora cuenta con la participación de más farmacias y residentes del área, mostrando un compromiso creciente. La respuesta ha sido tan abrumadora que los organizadores se enfrentan al reto de gestionar y enviar todas las donaciones recogidas. Isabel Espinosa, propietaria del estanco en la calle Cebreros 32, en el barrio de La Latina en Madrid , ha decidido unirse personalmente al próximo viaje a Cuba el mes de Mayo, para experimentar de primera mano el impacto de esta iniciativa. Isabel subraya que su motivación no es política: «No voy a Cuba a decirles cómo vivir o pensar; como españoles, eso no nos guía», comenta Isabel, destacando una actitud que se aleja del paternalismo a menudo criticado en las relaciones internacionales. «Mi intención es ser recíproca con los lazos de historia que nos unen y ofrecer mi ayuda dentro de los límites que me permitan, siempre respetando las costumbres, las leyes y la cultura de los cubanos, voy a Cuba con el corazón abierto, dispuesta a aprender tanto como a ayudar», añade.

Esta red de solidaridad ha transformado vidas en toda Cuba, ayudando a individuos como Herminia, una mujer de 87 años en Camagüey, quien enfrenta múltiples problemas de salud crónicos. Pese a los esfuerzos del sistema de salud público cubano, las limitaciones causadas por la crisis económica y el embargo comercial impiden una cobertura adecuada de necesidades médicas esenciales. A través de las contribuciones de la Farmacia JD30, pacientes con una variedad de condiciones han recibido apoyo crucial. Por ejemplo, Rolando, un joven  con epilepsia, ha obtenido los medicamentos necesarios para controlar sus convulsiones. Yariza, una niña asmática en La Habana, ahora tiene acceso a inhaladores que antes eran escasos, un señor de Holguín con diabetes, ha recibido insulina que le ayuda a mantener su nivel de azúcar en sangre. Además, Remedios, una madre en Santa Clara que sufre de artritis severa, ha encontrado alivio gracias a los analgésicos y antiinflamatorios donados. Estos ejemplos subrayan el impacto tangible de las donaciones que van desde medicinas hasta suplementos alimenticios, ofreciendo una red de seguridad vital para los más afectados por las deficiencias del sistema.

Los colaboradores de este proyecto actúan guiados por un espíritu altruista y no buscan retribución ni publicidad. Como señala un médico involucrado en el proyecto, la idea es que eventualmente un grupo de vecinos de Moreno Nieto y otros participantes puedan visitar Cuba para conocer de cerca a las personas a las que están ayudando. Este gesto subraya que la solidaridad, según algunos, forma parte del ADN de los españoles, mostrando cómo se puede trascender fronteras en tiempos de necesidad.

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