Las autoridades ucranianas han informado este 13 de abril de un devastador ataque aéreo sobre la ciudad de Sumy, en el noreste del país, que ha dejado al menos 31 personas fallecidas y 84 heridas. Según reporta Europa Press, entre las víctimas mortales se encuentran dos menores, mientras que entre los heridos hay al menos siete niños
El ministro del Interior de Ucrania, Igor Klimenko, comunicó a través de la plataforma Telegram que el ataque, perpetrado con misiles balísticos, impactó en el centro de la ciudad en momentos en que numerosos ciudadanos se congregaban para conmemorar el Domingo de Ramos. Klimenko instó a la población a evitar la zona del ataque para no entorpecer las labores de rescate y atención médica.
El primer ministro de Ucrania, Denis Shmihal, declaró que varios edificios de la Universidad Estatal de Sumy resultaron gravemente afectados, calificando el bombardeo como un acto «cínico y violento».
Por su parte, el gobernador regional, Volodimir Artiuj, precisó que muchas de las víctimas se encontraban dentro de un autobús alcanzado por uno de los proyectiles, el cual habría sido una bomba de racimo. Esta información fue posteriormente corroborada por Andriy Yermak, jefe de la Oficina Presidencial.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, condenó enérgicamente el ataque y señaló que solo una acción coordinada de la comunidad internacional podría frenar este tipo de ofensivas. «Sin presión sobre Rusia, la paz es imposible. Las conversaciones nunca han detenido los misiles balísticos ni las bombas aéreas», expresó. Además, calificó de «terrorista» la actitud del Kremlin y subrayó que este tipo de agresiones atentan contra la vida de ciudadanos comunes.
Hasta el momento, el gobierno ruso no ha emitido ninguna declaración oficial sobre lo ocurrido en Sumy.
El ataque ocurre en un contexto de escalada de tensiones en la región, donde los enfrentamientos entre fuerzas rusas y ucranianas continúan siendo intensos, particularmente en áreas próximas a la frontera. La utilización de armamento prohibido por tratados internacionales, como las bombas de racimo, podría generar una nueva ola de condenas internacionales si se confirma plenamente su uso en este bombardeo.