En el ámbito de los récords mundiales, Cuba ha dejado una huella indeleble, no solo en el deporte, sino también en la agricultura. Un ejemplo destacado es Ubre Blanca, una vaca que se convirtió en un símbolo de orgullo nacional al romper récords mundiales de producción de leche.
El 25 de enero de 1982, Ubre Blanca hizo historia al producir 109.5 litros de leche en un solo día, un logro que superaba con creces el rendimiento de una vaca promedio. Este récord fue verificado por el Libro Guinness de los Récords, colocando a Ubre Blanca en el panteón de las leyendas agrícolas. La hazaña no terminó ahí; durante un ciclo de lactación de 305 días, Ubre Blanca produjo un total de 24,269 litros de leche, otro récord mundial impresionante.
Ubre Blanca vivió en condiciones excepcionales en la Isla de la Juventud, recibiendo cuidados meticulosos de un equipo multidisciplinario dirigido por el Dr. Rosa Elena Simeón, quien más tarde se convertiría en Ministra del Medio Ambiente. La vaca era alimentada con una dieta especial que incluía pasto, miel y naranjas, y vivía en un establo con aire acondicionado, vigilado las 24 horas del día.
Este récord no solo fue un triunfo agrícola, sino también una victoria propagandística para el gobierno cubano, que utilizó el logro de Ubre Blanca para demostrar la superioridad de sus métodos agrícolas frente a los de otros países. Fidel Castro en persona seguía de cerca el progreso de la vaca, visitando frecuentemente la granja y llevándose consigo a periodistas y dignatarios para mostrarles la prodigiosa producción de Ubre Blanca (Startup Cuba TV).
El legado de Ubre Blanca sigue vivo en la memoria colectiva de Cuba, recordada como un ejemplo de los logros que se pueden alcanzar con dedicación y cuidado intensivo. Aunque la vaca falleció en 1985, su impacto perdura, simbolizando un período de innovación y orgullo en la historia agrícola cubana.
Con historias como la de Ubre Blanca, Cuba sigue destacándose en el escenario mundial, mostrando que los récords pueden venir de los lugares y circunstancias más inesperados.