Donald Trump, exmandatario de los Estados Unidos entre 2017 y 2021, se impuso en las primarias del Partido Republicano en Florida, consolidando su posición como el favorito para la nominación presidencial de su partido. Este triunfo no solo le asegura los 125 delegados de Florida sino que también subraya su dominante respaldo entre los votantes republicanos.
La contienda, que terminó con un notable 80.5% de los votos a favor de Trump, deja atrás a sus competidores más cercanos, incluidos la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, con un 14.3%, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien obtuvo un 3.9% de los votos. Ambos ya habían abandonado la carrera por la nominación republicana. Según reporta el Palm Beach Post, con el 88.6% de los votos contados, esta victoria era ampliamente anticipada, dada la ventaja previa de Trump en la acumulación de delegados necesarios para la nominación.
Celebrando su victoria, Trump agradeció a los votantes de Florida a través de su red social, Truth Social, destacando el apoyo recibido bajo el lema de su campaña, «Make America Great Again». Hasta la fecha, Trump ha acumulado 1.265 delegados, superando el umbral de 1.215 delegados requeridos para asegurar la nominación republicana antes de la convención del partido.
Mientras tanto, el Partido Demócrata de Florida optó por no celebrar primarias presidenciales este año, presentando únicamente al presidente Joe Biden como su candidato. Esta situación se repite en varios estados, donde la selección de candidatos se ha convertido en una mera formalidad.
Aunque Trump ya se perfila matemáticamente como el candidato del Partido Republicano, aún debe ser proclamado oficialmente en la convención republicana, prevista para julio en Milwaukee, Wisconsin. Florida, hogar de Trump y escenario de su reciente triunfo, simboliza la polarización política que caracteriza el actual clima electoral estadounidense.
La participación en estas primarias destaca la tendencia republicana a votar anticipadamente o por correo, con un 91% del total de votos emitidos de esta manera. Este fenómeno refleja el cambio de Florida de un estado «bisagra» a un bastión republicano, evidenciado por el número de votantes registrados de cada partido hasta finales del año pasado, con 5.1 millones de republicanos frente a 4.3 millones de demócratas.