El presidente Donald J. Trump ha firmado una orden ejecutiva autorizando la desclasificación de los archivos restantes relacionados con el asesinato de John F. Kennedy, una decisión que podría arrojar luz sobre uno de los episodios más enigmáticos de la historia de Estados Unidos. A más de seis décadas del magnicidio ocurrido el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, la medida reaviva interrogantes sobre la posible implicación de actores externos, desde la CIAhasta agentes cubanos y soviéticos.
Los documentos que aún permanecen ocultos
El Archivo Nacional de EE.UU. alberga más de 5 millones de documentos relacionados con el asesinato de Kennedy, los cuales debían haber sido divulgados en 2017 de acuerdo con la Ley de Registros de JFK. Sin embargo, aproximadamente 3,600 de estos archivos permanecen parcialmente censurados o no han sido liberados en su totalidad.
![Memorándum desclasificado, intervención militar en Cuba, 1962](https://cubaherald.org/wp-content/uploads/2025/01/475101971_122202135674169756_2245378637830045642_n-755x1024.jpg)
Trump aseguró que «todo será revelado», aunque aún no se ha especificado una fecha exacta para la publicación completa de los documentos. Expertos en el caso sostienen que entre los archivos pendientes se encuentran registros clave sobre la vigilancia a Lee Harvey Oswald, informes sobre un presunto asesino cubano vinculado al caso, y documentos que podrían confirmar los planes de Kennedy para reformar o incluso desmantelar la CIA.
El expediente cubano: la figura de Herminio Díaz
Uno de los archivos con mayor nivel de censura en los registros es el expediente del FBI sobre Herminio Díaz, un exiliado cubano involucrado en intentos de asesinato contra líderes políticos, incluido Fidel Castro. Se sabe que Díaz ingresó a Estados Unidos en 1963, poco antes del asesinato de Kennedy, y tenía contactos con la CIA.
Algunos informes señalan que Tony Cuesta, otro exiliado cubano que participó en una operación contra Castro en 1966, reveló en prisión que Díaz había confesado su implicación en la muerte de Kennedy. Sin embargo, más de 12 páginas del archivo de Díaz continúan siendo clasificadas, lo que impide conocer detalles cruciales sobre sus actividades en EE.UU. y su relación con la CIA.
La fractura entre JFK y la CIA
Otro documento que podría arrojar información crucial es un memorando de cinco páginas titulado «Reorganización de la CIA», escrito en junio de 1963 por Arthur Schlesinger Jr., asesor de Kennedy. El informe fue elaborado después de la fallida invasión de Bahía de Cochinos, un intento respaldado por la CIA para derrocar a Fidel Castro en 1961.
Kennedy había manifestado su intención de «fragmentar la CIA en mil pedazos y esparcirla al viento». El memorando, en gran parte ya revelado, señala que la agencia tenía demasiada autonomía y su margen de error era prácticamente «nulo». No obstante, una página y media sigue clasificada, justo antes de una sección que analiza la relación de la CIA con la guerra paramilitar.
Algunos teóricos sostienen que esta hostilidad entre Kennedy y la agencia de inteligencia podría haber motivado un complot para acabar con su vida o, al menos, para no impedirlo.
Oswald en México: la pieza que falta en el rompecabezas
Otro documento de alto interés es un informe de más de 70 páginas que detalla la vigilancia de la CIA a Lee Harvey Oswald durante su estancia en México, semanas antes del asesinato de Kennedy. Oswald visitó la embajada soviética y la cubana en Ciudad de México, presuntamente para gestionar visas que le permitieran viajar a Cuba y la URSS.
El servicio de inteligencia estadounidense interceptó y grabó conversaciones de Oswald con funcionarios de ambas embajadas. Sin embargo, gran parte de estos registros siguen censurados, lo que ha alimentado teorías sobre si el sospechoso del magnicidio actuó realmente solo o si tuvo contacto con agentes extranjeros.
¿Un punto final para las teorías de conspiración?
Desde el informe de la Comisión Warren, que concluyó que Oswald actuó en solitario, han surgido innumerables hipótesis sobre el asesinato de Kennedy. La desclasificación de estos archivos podría cerrar algunas de estas especulaciones o, por el contrario, alimentar nuevas dudas sobre el papel de la CIA, los exiliados cubanos y otras fuerzas políticas de la época.
Sin embargo, expertos como Jefferson Morley, uno de los principales investigadores del caso, advierten que todavía existen documentos en poder de la CIA, la familia Kennedy y otras entidades privadas que podrían contener información clave.
La decisión de Trump ha generado divisiones incluso dentro de la familia Kennedy. Mientras que Robert F. Kennedy Jr. apoya la desclasificación, argumentando que «el pueblo estadounidense merece conocer la verdad», su primo Jack Schlossberg la considera una estrategia política que explota el legado de JFK.
A pesar del anuncio presidencial, aún queda por ver cuánta información saldrá realmente a la luz y si esta nueva ola de revelaciones podrá despejar, de una vez por todas, las interrogantes que rodean el asesinato más enigmático del siglo XX.
Nota: Con información del Daily Mail.