En un peculiar giro de los acontecimientos urbanos en La Habana, un gran bache en el barrio del Cerro ha sido convertido improvisadamente en una «piscina» por niños y adolescentes durante su semana de receso escolar. Este fenómeno no solo destaca la creatividad y resiliencia de los jóvenes, sino que también arroja luz sobre las persistentes problemáticas de infraestructura en la capital cubana.
El incidente fue capturado en video, donde se puede ver a varios niños disfrutando y lanzándose al agua acumulada en un hueco considerablemente grande, atravesado por una tubería de la empresa Aguas de La Habana. La tubería, aparentemente defectuosa, ha contribuido a la formación de esta inusual zona de recreo que algunos han bromeado llamándola «Centro de Recreación Bachecitos del Futuro».
Además de ser un espacio de esparcimiento temporal, esta situación refleja un problema más amplio y serio: el aumento de baches y salideros en La Habana, que han sido fuente de preocupaciones de seguridad y escasez de agua. Según declaraciones del año pasado de Antonio Rodríguez, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), La Habana enfrenta desafíos significativos en cuanto al abastecimiento de agua, con un aumento en la cantidad de fugas y salideros en comparación con años anteriores.
Paralelamente, los residentes del municipio del Cerro enfrentan otro desafío relacionado con el agua: el exceso de cloro en el suministro de agua potable. Durante los últimos seis meses, vecinos de la calle Leonor han reportado problemas de salud y daños materiales debido a los altos niveles de cloro, lo cual ha provocado dificultades respiratorias e hinchazón en los pies, sin que hasta el momento se haya encontrado una solución efectiva a estas quejas.
Este escenario en La Habana pone de manifiesto la urgencia de abordar las deficiencias en la infraestructura de la ciudad, así como la necesidad de mejorar la gestión y mantenimiento de los servicios públicos esenciales para garantizar la seguridad y bienestar de sus habitantes.