La confirmación de los resultados de las recientes elecciones en Venezuela ha desencadenado una serie de protestas y disturbios en varios países de América Latina. Según reporta Europa Press, en Buenos Aires, la capital de Argentina, la policía recurrió al uso de gases lacrimógenos para dispersar a las multitudes que se congregaron frente a la Embajada de Venezuela tras el anuncio de la victoria del actual presidente, Nicolás Maduro, quien obtuvo el 51% de los votos.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció que Maduro fue reelegido en unos comicios donde su principal rival fue Edmundo González Urrutia, quien se perfilaba como la alternativa a María Corina Machado. Frente a la embajada en Buenos Aires, miles de personas, principalmente simpatizantes de González Urrutia, se manifestaron en contra de lo que consideran un «fraude» electoral, exigiendo «libertad» para su país.
La tensión escaló cuando algunos manifestantes comenzaron a arrojar botellas y otros objetos hacia el edificio, intentando sobrepasar las barreras metálicas instaladas por la policía. La presencia de miembros del Gobierno argentino y diputados del partido Propuesta Republicana en las protestas ha sido fuente de controversia, con acusaciones por parte de Caracas hacia el presidente argentino, Javier Milei, de intentar «invadir» la representación diplomática.
Estas manifestaciones no se limitaron a Argentina. A lo largo del día, incidentes similares se reportaron frente a las embajadas venezolanas en Perú, México y Chile, donde ciudadanos venezolanos también denunciaron fraude y mostraron su rechazo a los resultados electorales. Este clima de inestabilidad refleja la división y el tumulto político que persiste en Venezuela y que ahora parece extenderse más allá de sus fronteras.