El presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el primer ministro sueco Ulf Kristersson firmaron este miércoles una carta de entendimiento que podría permitir a Ucrania adquirir entre 100 y 150 aviones de combate Gripen-E, los modelos más avanzados fabricados por Saab, según informó CNN. El acuerdo convierte a Suecia, nuevo miembro de la OTAN, en el primer país de la alianza dispuesto a proveer a Kyiv un número significativo de cazas modernos.
Aunque los detalles sobre el costo, calendario de entrega y condiciones de pago aún no han sido definidos, ambas partes destacaron que se trata de un acuerdo de alcance histórico, con potencial para modificar el equilibrio aéreo en la guerra contra Rusia.
“Estamos abriendo un capítulo completamente nuevo y significativo en nuestras relaciones, y también en la seguridad europea”, declaró Zelenski, subrayando que los Gripen-E representan una tecnología capaz de ejecutar “una amplia gama de tareas operativas”. Por su parte, Kristersson afirmó que la cooperación “fortalecerá tanto a Ucrania como a Suecia y a Europa”.
Suecia se unió oficialmente a la OTAN en 2024, junto con Finlandia, abandonando su tradicional política de neutralidad en respuesta a la invasión rusa de Ucrania. La firma de este acuerdo refuerza su papel dentro de la alianza y la cooperación militar con Kyiv.
El Gripen-E, de diseño monomotor, está equipado con nuevos radares, sensores, sistemas de comunicación avanzados e inteligencia artificial, lo que le otorga una capacidad de combate comparable a la de modelos de última generación. Además, puede operar desde carreteras y pistas improvisadas, una ventaja clave para el escenario bélico ucraniano.
Según expertos militares, el acuerdo podría transformar la capacidad defensiva de Ucrania, cuya fuerza aérea aún depende de aviones soviéticos obsoletos. A pesar de los envíos de F-16 estadounidenses y Mirage franceses, Kyiv continúa necesitando una flota moderna que le permita responder con eficacia a los ataques aéreos rusos.
La Fuerza Aérea de Ucrania ya ha realizado entrenamientos con versiones anteriores del Gripen, lo que facilitaría la adaptación a los nuevos modelos. De concretarse la transferencia, Ucrania se convertiría en el mayor operador mundial del Gripen-E, superando incluso a Suecia.
El anuncio llega pocos días después de que el presidente estadounidense Donald Trump rechazara una solicitud de Zelenski para recibir misiles Tomahawk de largo alcance, argumentando que requieren “un entrenamiento mínimo de seis meses y una operación muy compleja”.
Con el respaldo sueco y la posibilidad de integrar una flota moderna, Ucrania busca reforzar su defensa aérea y equilibrar el poder militar en un conflicto que ya supera los tres años y continúa afectando la estabilidad de toda Europa del Este.
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