La situación del sistema eléctrico nacional en Cuba continúa siendo altamente compleja, según confirman reportes técnicos y comentarios en redes sociales. Durante los últimos días, se ha registrado un déficit sostenido de generación que ha provocado extensos apagones en varios territorios, incluida la capital, y se anticipa que las afectaciones podrían intensificarse a medida que avance el verano y aumente la demanda.
En este contexto, circula en redes una presunta orientación dirigida a delegados del Poder Popular en La Habana, en la que se plantea la posibilidad de un escenario más crítico en las próximas jornadas. El documento indica que, ante la inestabilidad del sistema, los delegados deben mantenerse localizables y con sus teléfonos activos para ser convocados, en caso necesario, al puesto de mando ubicado en la escuela de gimnasia de la ciudad.
El texto también alude a la necesidad de coordinar con actores comunitarios como los CDR, FMC, ACRC y vecinos de cada circunscripción, con el propósito de fortalecer la vigilancia de instalaciones económicas y sociales —como bodegas, escuelas y almacenes— y prevenir incidentes durante los cortes eléctricos, especialmente en horarios nocturnos.
Aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente por las autoridades, refleja la percepción de vulnerabilidad creciente en torno al sistema energético nacional. La Unión Eléctrica ha reportado en días recientes que la generación disponible es insuficiente para cubrir la demanda, lo que ha obligado a aplicar cortes prolongados, algunos de más de 10 horas, en diferentes zonas del país.
El panorama continúa siendo incierto. Factores como el envejecimiento de la infraestructura termoeléctrica, la escasez de piezas de repuesto y combustible, así como las dificultades logísticas, han limitado la capacidad de respuesta ante una demanda creciente. En tanto, sectores de la población manifiestan preocupación por las consecuencias prácticas de la situación, incluyendo afectaciones a la vida doméstica, los servicios y la conservación de alimentos.
A la espera de medidas más efectivas para estabilizar el sistema, la población se prepara para un verano marcado por altas temperaturas y posibles interrupciones frecuentes del servicio eléctrico. La planificación comunitaria y la cooperación local se están convirtiendo en elementos clave para mitigar los efectos del actual escenario energético.
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