Los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Frente 33 de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la región del Catatumbo, en el norte del país, han dejado un saldo de al menos 80 muertos, más de 20 heridos y alrededor de 5.000 desplazados, según el último reporte de la gobernación de Norte de Santander.
Las autoridades locales han calificado la situación como crítica, con miles de personas huyendo de la violencia y llegando a municipios cercanos como Tibú, Ocaña y Cúcuta en condiciones de extrema vulnerabilidad. Para hacer frente a la crisis, la Gobernación ha activado un plan de emergencia en conjunto con alcaldías, empresarios, organizaciones internacionales y el Gobierno nacional.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, se ha desplazado a Cúcuta para participar en un consejo de seguridad, donde se analizan medidas para contener la violencia en la región. También se han suspendido las clases en toda la zona del Catatumbo para proteger a los menores, y se han habilitado albergues temporales en colegios con el apoyo de organizaciones humanitarias.
El Instituto Departamental de Salud ha declarado alerta naranja para facilitar la atención de heridos y desplazados. Además, se han enviado diez camiones con suministros de primera necesidad, incluyendo alimentos, colchonetas, agua potable y material médico, hacia los municipios más afectados.
Desplazamiento hacia Venezuela
Parte de los desplazados han cruzado la frontera hacia Venezuela, donde las autoridades han reportado la llegada de al menos 812 personas, entre ellas 352 mujeres, 258 hombres y 202 niños.
El Gobierno venezolano ha implementado un operativo de emergencia en la frontera, en el municipio Jesús María Semprún, estado Zulia, para atender a quienes han buscado refugio. Además, ha establecido contacto con la cancillería colombiana para coordinar asistencia humanitaria y garantizar la protección de los desplazados.
Las autoridades venezolanas han asegurado que están proporcionando atención en salud, alimentación y refugio a los afectados, en el marco de su política de apoyo a crisis humanitarias en la región.
