La confrontación militar entre Israel e Irán ha entrado en su segunda semana con una escalada significativa de ataques, declaraciones cruzadas y movimientos estratégicos que elevan el riesgo de una guerra regional. Mientras Israel intensifica sus bombardeos sobre territorio iraní, Estados Unidos evacúa ciudadanos desde Tel Aviv y el presidente Donald Trump analiza posibles opciones militares desde la Casa Blanca.
Nuevos ataques y bajas en la cúpula militar iraní
Este sábado, las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron la muerte de dos altos comandantes de la Fuerza Quds, unidad de élite de la Guardia Revolucionaria iraní, tras ataques selectivos contra objetivos militares en suelo iraní. En paralelo, Irán lanzó una nueva ofensiva con drones, de los cuales al menos dos lograron penetrar las defensas aéreas israelíes, una acción poco común que ha generado alarma en círculos de seguridad en Jerusalén.
Medios iraníes confirmaron que las defensas antiaéreas fueron activadas de forma masiva sobre Teherán y Tabrizdurante la madrugada del domingo. Se reportaron explosiones en ambas ciudades, vinculadas, según la agencia Mehr, a la interceptación de «objetivos hostiles».
Estados Unidos evacúa ciudadanos y despliega bombarderos
En medio del deterioro de la situación, el Departamento de Estado de EE.UU. evacuó a más de 70 ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes y sus familiares, mediante vuelos desde Tel Aviv hacia Atenas. Las autoridades estadounidenses han advertido que los ciudadanos que aún permanecen en Israel no deben esperar asistencia directa del gobierno y se les insta a abandonar el país por cuenta propia si es posible.
Simultáneamente, se ha detectado el despliegue de bombarderos B-2 hacia la base estadounidense en Guam, una medida que, aunque no indica una operación inminente, amplía el abanico de opciones militares disponibles para el presidente Trump. Fuentes del Pentágono señalaron que se trata de una “disposición estratégica” para dar flexibilidad a la Casa Blanca, en caso de que se ordene una intervención directa contra instalaciones iraníes.
Trump regresa a Washington y evalúa medidas
El presidente Trump regresó este sábado a la Casa Blanca tras permanecer en su residencia en Bedminster, Nueva Jersey. Se espera que durante el fin de semana mantenga reuniones clave con su equipo de seguridad nacional, en el contexto de una creciente presión tanto militar como diplomática.
El mandatario había anunciado días atrás que concedería dos semanas a la diplomacia antes de tomar una decisión definitiva. Sin embargo, el ambiente general y los desarrollos en el terreno reducen el margen para una resolución pacífica, al menos en el corto plazo.
Irán mantiene línea dura, pero acepta diálogo
En declaraciones recientes, el presidente de Irán aseguró que el país está dispuesto a negociar, pero no detendrá su programa de enriquecimiento de uranio, considerado una “línea roja” para Teherán. El canciller iraní viajó este sábado a Turquía para nuevas conversaciones, luego de que una reunión en Ginebra con funcionarios europeos concluyera sin avances tangibles.
Según fuentes iraníes citadas por CNN, el diálogo podría retomarse más fácilmente si Estados Unidos presiona a Israel para detener sus ataques, algo que por ahora parece improbable.
A medida que la crisis entre Israel e Irán se prolonga, la vía diplomática se estrecha, aunque aún no está completamente cerrada. El riesgo de una escalada regional, con la eventual intervención directa de Estados Unidos, mantiene en vilo a la comunidad internacional. Por ahora, el equilibrio es precario, y cualquier paso en falso podría tener consecuencias impredecibles en todo el Medio Oriente.
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