Una ciudadana identificada como Nilda, residente en Santiago de Cuba, denunció ante nuestra redacción un hecho que califica como un abuso de confianza y una estafa emocional y material. Según relató, un individuo llegó a su vivienda presentándose como amigo y compañero de trabajo de su hijo, quien se desempeña como policía en La Habana.
El hombre explicó que había viajado hasta la ciudad y que deseaba saludar al joven oficial. Confiada en esa versión, Nilda lo recibió en su hogar y, al hacerse de noche, le ofreció quedarse a dormir. Sin embargo, al día siguiente notó que su vivienda se encontraba afectada y debilitada por la actitud del supuesto visitante, que habría provocado daños y dejado la casa en condiciones lamentables.
Lo que parecía un hecho aislado resultó no serlo. Tras conversar con vecinos de la zona, la mujer supo que otros residentes también habían sido víctimas de la misma modalidad de engaño. En cada caso, el individuo se presentaba como conocido de algún familiar ausente, lograba entrar a la vivienda con un discurso convincente y finalmente terminaba aprovechándose de la hospitalidad y buena voluntad de las familias.
“Es horrible que las personas se aprovechen de la confianza de los demás. Yo lo recibí pensando que era un amigo de mi hijo y lo que hizo fue engañarnos”, declaró Nilda, visiblemente afectada.
Los testimonios recogidos reflejan un patrón de estafa que preocupa a la comunidad, donde varias familias aseguran haberse sentido engañadas bajo el mismo método. La experiencia ha generado temor y desconfianza, en una zona donde la solidaridad entre vecinos suele ser la norma.
La denuncia busca llamar la atención de las autoridades y alertar a la población sobre la necesidad de mantener la cautela ante desconocidos, aun cuando se presenten con historias verosímiles que apelen a la buena fe.
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