Santiago Abascal Anuncia el Fin de la Coalición de Vox con el PP en las Autonomías

Santiago Abascal, líder de Vox, ha marcado un punto de inflexión en la política regional española al anunciar oficialmente la ruptura de los acuerdos de gobierno con el Partido Popular (PP). La decisión de Vox de «retirar el apoyo parlamentario y pasar a la oposición» fue comunicada durante una declaración institucional llevada a cabo tras una reunión urgente del Comité Ejecutivo Nacional del partido, que se reunió en Madrid.

El detonante de esta drástica decisión ha sido la aprobación por parte del PP del traslado de 400 menores inmigrantes desde Canarias a diversas comunidades autónomas, un plan que Vox considera inaceptable. Abascal expresó con firmeza que la colaboración con el PP se ha tornado imposible: «Es imposible pactar con quien no quiere hacerlo», señaló, haciendo referencia a la actitud del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien según Vox, ha facilitado políticas contrarias a los principios de su partido.

Esta declaración marca un antes y un después en la relación entre Vox y el PP, partidos que hasta ahora habían colaborado en varios gobiernos regionales. Abascal subrayó que la decisión fue necesaria para mantener la coherencia y los valores de Vox frente a lo que consideran concesiones inadmisibles por parte del PP. La reunión, que se desarrolló a puertas cerradas, refleja la seriedad y la urgencia con la que Vox está tratando la situación.

El impacto de esta ruptura es significativo, ya que reconfigura el tablero político en varias comunidades autónomas donde la cooperación entre Vox y el PP ha sido clave para la gobernabilidad. Al pasar a la oposición, Vox intenta reafirmar su posición ideológica y distanciarse de las políticas migratorias del gobierno central, las cuales han sido apoyadas por el PP.

Con este cambio de estrategia, Vox busca también enviar un mensaje claro a su base electoral sobre su firmeza en cuestiones de inmigración y soberanía nacional, temas que son centrales en su agenda política. La decisión de Abascal no solo es una declaración política, sino también una apuesta por consolidar la identidad de Vox como un partido que no transige en sus principios fundamentales.

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