El gobierno de Rusia ha establecido nuevas líneas de crédito para Cuba, reforzando su respaldo económico en un momento crítico para la isla. La noticia fue confirmada tras una reunión en San Petersburgo entre el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Serguéi Shoigú, y el ministro del Interior cubano, Lázaro Alberto Álvarez. Este acuerdo consolida la relación estratégica entre ambos países en áreas como la seguridad y la cooperación económica, mientras Rusia enfrenta una creciente presión internacional debido a la guerra en Ucrania.
Aunque los detalles financieros específicos aún no se han revelado, este nuevo acuerdo llega en un contexto en el que Cuba atraviesa una de sus peores crisis económicas en décadas. La asistencia financiera de Rusia parece ser parte de un esfuerzo para fortalecer su influencia en América Latina, a medida que Moscú se ve más aislado en la esfera internacional.
Shoigú señaló que Rusia también está dispuesta a aumentar su colaboración con Cuba en temas relacionados con la seguridad y los servicios policiales, lo que subraya el creciente acercamiento entre ambos gobiernos. Esta profundización de los vínculos ha generado preocupación entre analistas internacionales, quienes ven a Cuba cada vez más alineada con los intereses geopolíticos de Moscú.
Diversos sectores han criticado la posible participación cubana en conflictos internacionales, especialmente en la guerra en Ucrania. Organizaciones como la Asamblea de la Resistencia Cubana, liderada por Orlando Gutiérrez Boronat, han denunciado la participación de ciudadanos cubanos en el conflicto. En el Parlamento de Lituania, se presentó evidencia de la presencia de combatientes cubanos en el frente de batalla, junto con una exposición titulada “El ejército cubano de Putin”, que destaca esta colaboración militar.
Inversión rusa para modernizar el transporte ferroviario en Cuba
En otro frente de cooperación, Rusia ha acordado financiar la modernización del sistema ferroviario de Cuba, un proyecto que ha estado pendiente por más de siete años. La inversión incluye la renovación de las vías, la adquisición de nuevos trenes y mejoras tecnológicas que permitirán reducir considerablemente los tiempos de viaje. Se estima que la ruta entre La Habana y Santiago de Cuba, que actualmente toma 20 horas, podría reducirse a solo 12 horas tras la modernización.
Sin embargo, esta inversión ha sido recibida con escepticismo por parte de la población cubana. Muchos recuerdan promesas similares desde 1976 que no se han cumplido, y señalan que las principales prioridades deberían ser la mejora del suministro de alimentos y medicinas, en lugar de proyectos de infraestructura.
La carga de la deuda externa cubana
Cuba acumula una deuda externa significativa, tanto con Rusia como con otros acreedores internacionales. La deuda con Rusia asciende a unos 2.300 millones de dólares, resultado de financiamiento otorgado entre 2006 y 2019 para proyectos en sectores clave como la energía y el transporte. Este monto fue reestructurado en 2022, dando a Cuba una prórroga hasta 2027 para cumplir con sus pagos.
A nivel internacional, la deuda de Cuba con el Club de París también es considerable, alcanzando los 4.620 millones de dólares a finales de 2023. Esta deuda, que fue renegociada en 2015, incluyó la cancelación de 8.500 millones de dólares, pero el país ha incumplido sus compromisos de pago desde 2020.
En total, la deuda externa cubana se estimaba en 19.700 millones de dólares en 2020, lo que agrava las dificultades económicas de la isla y cuestiona la efectividad de los nuevos acuerdos financieros con Rusia.
