Las autoridades cubanas confirmaron la detención de los responsables del robo con fuerza en el Parque Fotovoltaico Juan Pérez II, ubicado en el municipio de Niquero, provincia de Granma. Según la información oficial, los implicados habían sustraído más de 50 vigas metálicas y varios paneles solares, los cuales fueron recuperados en almacenes donde los malhechores los mantenían ocultos.
El caso, que afecta directamente a un proyecto estratégico de generación de energía renovable, refleja una problemática recurrente en el país: la falta de seguridad en instalaciones clave para el Sistema Eléctrico Nacional. No es la primera vez que hechos de este tipo ocurren. En Matanzas se han registrado situaciones similares, en las que incluso custodios encargados de la vigilancia han estado involucrados en la sustracción y venta ilegal de componentes.
Aunque el decomiso de las piezas robadas constituye un alivio inmediato, la preocupación de la ciudadanía se centra en el impacto que estos delitos tienen sobre la puesta en marcha de parques solares, los cuales podrían aportar soluciones parciales en medio de la crisis energética que golpea al país con apagones prolongados.
Para algunos observadores, estos robos no solo reflejan la inseguridad creciente y la precariedad social, sino que también sirven al Gobierno como una cortina de humo frente a los problemas estructurales de generación eléctrica que aún no encuentran solución.
El incidente en Niquero se suma así a una lista de hechos delictivos que ponen en entredicho la capacidad de resguardar adecuadamente las infraestructuras críticas, y que retrasan el avance de proyectos de energía limpia, tan necesarios para aliviar la situación actual.
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