La tensión entre los republicanos de Florida y el gobernador Ron DeSantis ha llegado a un nuevo punto de fricción en el debate migratorio estatal. La sesión legislativa especial convocada por el gobernador para alinear las leyes de Florida con las políticas migratorias del presidente Donald Trump ha sido reformulada por los propios legisladores republicanos, quienes han decidido apartarse de la visión de DeSantis y establecer su propio enfoque en la materia.
El giro inesperado deja a DeSantis en una situación incómoda dentro de su propio partido, reflejando un declive en su influencia política tras su fallida campaña presidencial en 2024.
Rechazo y reestructuración del plan de DeSantis
El gobernador de Florida había llamado a los legisladores estatales a una sesión especial con el propósito de ajustar la legislación migratoria a las nuevas órdenes ejecutivas de Trump, pero su iniciativa fue rápidamente descartada. En su lugar, los líderes republicanos en la Cámara y el Senado de Florida introdujeron su propia propuesta, eliminando los proyectos originales de DeSantis y colocando la supervisión de la política migratoria estatal en manos del comisionado de Agricultura, Wilton Simpson, en lugar del propio gobernador.
Según el presidente de la Cámara de Representantes de Florida, Danny Pérez, la propuesta busca establecer un «punto de enfoque singular» en la supervisión de la inmigración, asegurando que el estado coordine de manera más efectiva con el gobierno federal y las fuerzas del orden. La decisión de transferir estas responsabilidades a Simpson, quien ha mostrado interés en postularse para gobernador en 2026, también resalta las divisiones dentro del Partido Republicano de Florida.
Nuevas propuestas en la agenda migratoria
Si bien los legisladores han rechazado la estrategia de DeSantis, han mantenido una serie de medidas alineadas con la agenda migratoria de Trump. Entre ellas destacan:
- Colaboración obligatoria entre fuerzas del orden estatales y federales en temas migratorios.
- Revisión del estatus migratorio de acusados penales antes de considerar la fianza o liberación previa al juicio.
- Asignación de $500 millones para combatir la inmigración irregular.
- Eliminación de las tasas de matrícula estatal reducidas para los dreamers, una política aprobada en 2014 bajo el mandato del entonces gobernador Rick Scott.
Estas medidas han generado reacciones encontradas dentro del partido, pues algunos republicanos consideran que ciertas propuestas pueden afectar a comunidades empresariales y estudiantiles.
Impacto político y desacuerdo dentro del partido
El rechazo a la iniciativa de DeSantis ha provocado una fractura dentro del Partido Republicano de Florida. Mientras algunos legisladores argumentan que su enfoque era demasiado burocrático y duplicaba las funciones de ICE a nivel estatal, otros lo han interpretado como un debilitamiento de su liderazgo dentro del partido.
El presidente de la Cámara de Representantes, Danny Pérez, defendió la nueva propuesta argumentando que «Florida debe actuar de manera coordinada con las medidas de Trump, pero sin crear una versión en miniatura del ICE». Asimismo, enfatizó que las modificaciones al plan original permitirán una mayor eficiencia en la aplicación de la ley migratoria sin comprometer recursos innecesarios.
Por otro lado, el gobernador DeSantis, quien ha hecho de la política migratoria un pilar de su gestión, enfrenta el desafío de aceptar un plan que limita su control sobre la materia o vetar una propuesta que incluye varias disposiciones que él mismo ha respaldado públicamente.
Mientras la reforma migratoria sigue siendo un tema central en el debate político estadounidense, el enfrentamiento entre los republicanos de Florida y DeSantis refleja la complejidad de adaptar las políticas estatales a la agenda nacional sin afectar el equilibrio de poder dentro del partido.