En la madrugada de hoy, un grupo de personas no identificadas ingresó sin autorización a los albergues del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) «Máximo Gómez Báez» en Camagüey, lo que ha generado una oleada de preocupación entre los padres de los estudiantes y la comunidad educativa. Este nuevo incidente de inseguridad pone en duda las medidas de protección del plantel y evidencia lo que muchos padres consideran una falta de acción efectiva por parte de las autoridades.
El ingreso de estos individuos a los albergues estudiantiles ha encendido las alarmas, especialmente porque no se trata de un hecho aislado. Según diversos testimonios, este tipo de situaciones han ocurrido en otras ocasiones sin que se hayan implementado soluciones duraderas. Los padres de los alumnos han expresado su consternación ante lo que consideran una grave falta de seguridad en un centro que debería estar bajo estricta vigilancia. «¿Dónde estaba la seguridad de la escuela?», se preguntan muchos, aludiendo a la falta de personal de vigilancia o sistemas de seguridad que eviten este tipo de intrusiones.
La preocupación va más allá del incidente puntual de la madrugada. Los padres señalan que la inseguridad en el instituto es solo una de las muchas dificultades que enfrentan los estudiantes. Aseguran que las autoridades de educación y el gobierno local no han respondido con la urgencia que la situación amerita, pese a que este no es el primer episodio de su tipo. En el pasado, ya se habían registrado otras denuncias de violaciones de la seguridad dentro del centro educativo, sin que se hayan tomado medidas efectivas para prevenirlas.
Por otro lado, los estudiantes del IPVCE no solo están expuestos a situaciones de inseguridad, sino que además deben hacer frente a diversas carencias que afectan su calidad de vida en el centro. Los padres han denunciado que sus hijos tienen que soportar largas horas sin electricidad debido a los frecuentes apagones que afectan a la región, lo cual impacta no solo su comodidad, sino también su rendimiento académico. A esto se suman las dificultades para acceder a alimentos de calidad. La escasez y las raciones insuficientes son una constante, lo que afecta tanto la salud como el bienestar general de los jóvenes.
Estas condiciones de vida precarias han sido motivo de quejas reiteradas por parte de los familiares, quienes señalan que, a pesar de las múltiples denuncias, las autoridades no han hecho lo suficiente para resolver los problemas. Las carencias materiales, combinadas con la sensación de inseguridad, generan un ambiente de angustia entre los estudiantes y sus familias. «No solo es que tienen que estudiar en condiciones difíciles, ahora también tenemos que preocuparnos por su seguridad», comenta uno de los padres visiblemente molesto.
Hasta el momento, las autoridades educativas y gubernamentales no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el incidente de la madrugada ni sobre las medidas que tomarán para mejorar la seguridad en el plantel. Sin embargo, los padres exigen respuestas concretas y soluciones inmediatas. «No podemos permitir que nuestros hijos vivan en este tipo de condiciones. Es inaceptable que en una institución educativa de tanto prestigio como el IPVCE no se garantice lo mínimo: su seguridad», apuntó una madre que prefirió mantenerse en el anonimato.
La situación en el instituto ha generado una creciente preocupación entre los familiares, quienes advierten que, si no se toman medidas urgentes, los estudiantes continuarán expuestos a riesgos innecesarios. Las demandas van desde el fortalecimiento de la seguridad perimetral del instituto hasta la mejora de las condiciones básicas de vida, como el suministro regular de electricidad y alimentos. También se ha solicitado la intervención de las autoridades provinciales para supervisar la implementación de mejoras en el centro.