Según reporta Europa Press, el jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional declaró este jueves que el turista alemán que perdió la vida en la autopista de Llucmajor, en octubre de 2022, no saltó voluntariamente de la furgoneta en la que viajaba, contradiciendo las alegaciones de las defensas de los acusados.
El caso, que se encuentra en juicio con jurado popular, implica a dos hombres acusados de arrojar al joven de la furgoneta en marcha con la presunta intención de robarle. Durante la vista, el agente afirmó: «Nadie en su sano juicio se arroja a la autopista a esa velocidad, de espaldas y en sentido contrario al tráfico». Además, otro agente señaló que «por muy ebrio que estés, no te tiras en un lugar donde los coches circulan a 120 kilómetros por hora».
La investigación reveló que las lesiones de la víctima eran compatibles con haber estado tumbado sobre la calzada al momento del atropello. De haber estado de pie o en cualquier otra posición, el vehículo habría presentado daños en su parte frontal, lo que no ocurrió. Asimismo, se descartó que el joven hubiera llegado por sus propios medios al lugar del accidente, pues las cámaras de seguridad y los testimonios indican que fue arrojado del vehículo.
El juicio también mostró pruebas del comportamiento sospechoso de los acusados tras el incidente. Uno de ellos realizó más de 20 búsquedas en Internet relacionadas con el caso en los meses posteriores, mientras que las cámaras de seguridad confirmaron que la furgoneta redujo la velocidad en la autopista, lo que habría facilitado la caída del cuerpo.
La Fiscalía solicita 25 años de prisión para cada uno de los acusados por el delito de asesinato. La investigación sigue apuntando al robo como motivo principal del crimen, ya que los imputados tuvieron múltiples oportunidades para acompañar al turista a su hotel, pero optaron por otro camino. El jefe de Homicidios concluyó que la víctima «subió engañado» al vehículo, sin evidencias de que lo hiciera bajo coacción.