En un nuevo episodio de violencia en el Golfo de México, piratas armados irrumpieron en dos plataformas petroleras de la empresa estatal Pemex, ubicadas cerca de la península de Yucatán. Los asaltos, perpetrados en la madrugada del jueves y viernes de la semana pasada, dejaron a los trabajadores despojados de dinero, equipos electrónicos y materiales esenciales para el funcionamiento de las instalaciones.
De acuerdo con la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, los ataques se dirigieron contra las plataformas Ku-H y Zaap Delta, donde los delincuentes sometieron y agredieron al personal a bordo. Aunque algunos trabajadores resultaron heridos, se encuentran fuera de peligro tras recibir atención médica en Ciudad del Carmen. Hasta el momento, no se han reportado detenciones ni se ha identificado a los responsables.
Un Problema Recurrente en el Golfo de México
El fenómeno de la piratería en aguas mexicanas no es nuevo. En los últimos años, el Golfo de México ha registrado un incremento en los ataques a plataformas petroleras y embarcaciones, lo que ha generado preocupación en el sector energético. Bandas organizadas, que operan con tácticas similares a las utilizadas por piratas en otras regiones del mundo, han convertido estos robos en una amenaza constante para trabajadores y empresas del sector.
Pemex no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre lo sucedido, pero la denuncia del sindicato ha avivado el debate sobre la falta de seguridad en las infraestructuras estratégicas del país. La estatal petrolera, que ya enfrenta dificultades financieras y operativas, se ve ahora en la necesidad de reforzar las medidas de vigilancia para proteger a su personal y activos.
Desafíos en la Protección de Infraestructura Crítica
Los ataques a plataformas en el Golfo de México evidencian la vulnerabilidad de la infraestructura energética del país frente a la delincuencia organizada. La falta de una respuesta contundente por parte de las autoridades federales y la ausencia de medidas de seguridad más estrictas han permitido que estos incidentes se repitan con preocupante frecuencia.
El sindicato ha solicitado a las autoridades mayor protección para los trabajadores petroleros, así como la implementación de estrategias que garanticen la seguridad en alta mar. Mientras tanto, el sector energético observa con inquietud este nuevo episodio de piratería, que vuelve a poner en entredicho la capacidad del Estado para resguardar sus recursos estratégicos.