CIUDAD DE MÉXICO — Miles de manifestantes se concentraron este sábado en el Zócalo capitalino para expresar su rechazo a la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum, en una jornada marcada por tensiones políticas y un amplio despliegue de seguridad. Entre los asistentes había jóvenes identificados con la llamada Generación Z, integrantes de la CNTE y grupos de transportistas, todos con reclamos centrados en la situación de seguridad y en la presunta influencia del crimen organizado en diversas regiones del país.
La marcha comenzó en el Ángel de la Independencia y avanzó hacia el centro histórico entre consignas críticas al gobierno federal. Durante el recorrido, algunos participantes corearon “¡Narco gobierno!”, reflejando el malestar por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, quien había denunciado amenazas y presiones atribuías a grupos criminales. Para muchos manifestantes, ese crimen simboliza fallas persistentes en la capacidad del Estado para proteger a autoridades locales y controlar la violencia.
Las inmediaciones del Palacio Nacional fueron reforzadas con vallas metálicas de varios metros de altura. Autoridades federales describieron el cerco como una medida preventiva, pero para numerosos asistentes representó una señal del creciente distanciamiento entre la ciudadanía y el gobierno. La concentración se desarrolló mientras distintas organizaciones sociales reportaban protestas simultáneas en otros puntos del país, lo que algunos analistas calificaron como un fin de semana atípico por la magnitud y la diversidad de los reclamos.
La presidenta Sheinbaum afirmó que respeta el derecho constitucional a la manifestación, aunque señaló que ciertos sectores opositores podrían estar intentando influir en la convocatoria. Por el momento, no se han reportado incidentes de gravedad, y las autoridades mantienen vigilancia en la zona ante la posibilidad de nuevas concentraciones.
La situación continúa en desarrollo.
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