La incertidumbre y el desespero se extienden entre los migrantes cubanos detenidos en el centro de detención del sur de Florida, en medio de denuncias de abandono y falta de información sobre sus procesos migratorios.
Detenidos en el centro conocido informalmente como “Alligator Alcatraz”, decenas de migrantes —principalmente de origen cubano— denuncian estar atrapados en una situación de “limbo legal”, sin respuestas ni avances concretos sobre sus solicitudes. Muchos, como Aris Reyes, han expresado públicamente su disposición a ser deportados si no se les permite continuar con su proceso migratorio en libertad.
“Lo que estamos pidiendo es que se nos haga un proceso… que si nos van a deportar, que nos deporten. Y si no, que nos suelten…”, declaró Reyes, visiblemente afectado por la situación.
Las declaraciones reflejan una creciente frustración dentro del centro de detención, que se ha convertido en símbolo de los retos del sistema migratorio estadounidense actual. Según los testimonios recogidos por medios locales, los detenidos aseguran no recibir información clara sobre sus casos y denuncian el deterioro de sus condiciones de reclusión.
El gobierno promueve la “autodeportación”, pero los detenidos dicen no estar informados
Durante una reciente visita al sur de Florida, el gobernador Ron DeSantis abordó la situación en el centro migratorio. Según sus palabras, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) informa a los detenidos sobre la opción de regresar voluntariamente a sus países de origen mediante un programa de autodeportación, financiado por el propio gobierno federal.
“Lo primero que hace el DHS es darte un folleto y decirte que puedes obtener un vuelo de regreso con todos los gastos pagados”, señaló DeSantis.
No obstante, testimonios de los propios detenidos contradicen esa afirmación. Reyes sostiene que dentro del centro “no se nos dice nada… no se nos da noticias… no pasa nada… aquí lo único que pasa es que se pone la cosa peor…”
Casos como el de Fernando Artese refuerzan la sensación de abandono. Según su familia, Artese ha manifestado su deseo de regresar a Cuba, pero a pesar de haberlo expresado al personal de ICE, no ha recibido respuesta. Su hija Carla Artese declaró que su padre “no es que se quiere quedar… si no le das permiso para hacer el viaje, deportarlo.”
Expertos alertan sobre procesos lentos y falta de acceso a asistencia legal
El abogado de inmigración John De La Vega explicó que, aunque la opción de autodeportación existe, el proceso para ejecutarla puede demorar semanas o incluso meses. Mientras tanto, los detenidos deben esperar sin acceso constante a abogados o sin conocimiento real del estado de sus trámites.
Esta situación no solo pone a prueba la paciencia de los migrantes y sus familias, sino que también plantea interrogantes sobre el respeto al debido proceso, el acceso a asistencia legal efectiva y las condiciones de detención en instalaciones federales. Las organizaciones defensoras de derechos humanos han reiterado que los procedimientos migratorios deben respetar los principios básicos de justicia y dignidad.
Más de 13.000 personas han optado por la autodeportación
Según cifras del Departamento de Seguridad Nacional, más de 13.000 personas han accedido voluntariamente a regresar a sus países de origen bajo el programa de autodeportación en lo que va de año. Sin embargo, la falta de acceso a información detallada y la ausencia de asesoramiento adecuado hacen que muchos migrantes no comprendan ni siquiera que esta opción existe.
La situación en “Alligator Alcatraz” se convierte así en un nuevo foco de atención en el debate migratorio estadounidense. Mientras el gobierno federal continúa endureciendo sus políticas bajo la administración Trump, miles de personas siguen esperando tras las rejas una respuesta que no llega.
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