El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, informó recientemente sobre un accidente ocurrido durante un recorrido por las provincias orientales del país, que resultó en la inmovilización de su brazo izquierdo con un yeso. Aunque no se dieron detalles precisos del incidente, Marrero compartió la noticia en sus redes sociales, mencionando que la situación ha afectado su movilidad y su presencia en actividades públicas.
“Agradezco la preocupación de quienes han notado mi ausencia. Un accidente de trabajo en recorridos por las provincias orientales ha limitado mi movilidad y me ha impedido estar presencialmente junto a ustedes”, escribió en su cuenta oficial de Twitter. No obstante, el dirigente aseguró que continúa participando en las decisiones gubernamentales de forma remota, como lo evidencian las fotografías publicadas junto a su declaración, donde se le ve dictando órdenes a través de videoconferencias desde lo que parece ser una oficina.
La noticia ha generado comentarios y especulaciones en redes sociales sobre el posible origen del accidente. Mientras algunos sugieren que el incidente pudo haber sido una caída durante las inspecciones en las provincias, otros apuntan a un posible problema en un vehículo oficial debido a las precarias condiciones de las carreteras en esa región del país. También hay quienes insinúan que la causa podría estar relacionada con problemas de salud derivados del sobrepeso del funcionario, quien tiene 61 años.
En redes sociales no han faltado comentarios críticos y sarcásticos sobre la situación. Algunos usuarios aprovecharon para cuestionar la gestión del primer ministro y de otros dirigentes en general, mientras otros ironizaron sobre las dificultades físicas y su repercusión en las decisiones del gobierno.
Este incidente ocurre pocos meses después de que el presidente Miguel Díaz-Canel apareciera públicamente con un cabestrillo en el brazo derecho debido a una lesión no especificada. La coincidencia ha alimentado el debate sobre la salud de los altos funcionarios y las condiciones en que realizan sus labores oficiales, así como sobre las respuestas del gobierno ante los desafíos internos que enfrenta el país.
El accidente de Marrero se suma a la creciente atención sobre los dirigentes cubanos y su capacidad para liderar en un contexto de tensiones sociales y económicas, que han marcado la vida diaria de la población en la isla.