Washington, D.C. – Un grupo de manifestantes, liderado por figuras prominentes del Partido Demócrata, ingresó a la sede de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en señal de protesta contra la decisión del expresidente Donald Trump de restringir el financiamiento de la agencia y subordinar sus operaciones al Departamento de Estado.
La medida, anunciada durante su mandato, fue justificada por el entonces presidente bajo el argumento de que los fondos de USAID habían sido destinados a programas ajenos a sus objetivos fundamentales, como la promoción de la democracia, la libertad y los derechos humanos. Según declaraciones de Trump en aquel momento, la decisión buscaba corregir supuestas irregularidades en la asignación de recursos y garantizar una mayor supervisión de los proyectos financiados por la agencia.
El recorte de fondos generó un fuerte rechazo entre legisladores demócratas y organizaciones de la sociedad civil, que advirtieron sobre el impacto de la medida en iniciativas de desarrollo en diversas regiones del mundo. Líderes del partido denunciaron que la decisión respondía a una estrategia política más amplia para debilitar la cooperación internacional y reducir la influencia de USAID en el ámbito global.
La protesta en la sede de la agencia refleja las tensiones políticas en torno a la gestión de la ayuda internacional de Estados Unidos. Mientras algunos sectores defienden la necesidad de una mayor supervisión de los recursos, otros advierten sobre las consecuencias de restringir el acceso a financiamiento para proyectos humanitarios y de desarrollo. La polémica en torno a USAID subraya el debate más amplio sobre el papel del país en la asistencia global y el enfoque que deberían adoptar futuras administraciones.