La Unión Europea ha decidido escalar la disputa comercial con Estados Unidos al anunciar este jueves su intención de denunciar ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) los aranceles generalizados impuestos por el presidente estadounidense, Donald Trump, a las importaciones extranjeras, incluidas las procedentes del bloque comunitario. Según reporta Europa Press, al mismo tiempo, Bruselas avanza en la elaboración de una nueva batería de represalias que afectarían a productos estadounidenses por un valor cercano a los 100.000 millones de euros.
La Comisión Europea subrayó que su prioridad sigue siendo alcanzar un acuerdo negociado con la Administración Trump para evitar tanto esta nueva ronda de medidas como la anterior, que fue suspendida en abril durante 90 días como gesto de buena voluntad hacia Washington. No obstante, la nueva propuesta ya incluye una lista preliminar de productos estadounidenses susceptibles de ser gravados, que van desde bienes industriales —como vehículos y aeronaves de Boeing— hasta productos agrícolas. Además, contempla el impacto de restricciones a las exportaciones europeas de chatarra y productos químicos, con un coste estimado de 4.400 millones de euros.
Esta segunda ronda de represalias, aún en fase de consulta pública, no implica que todos los productos señalados serán gravados automáticamente. Bruselas ha iniciado un proceso de revisión con los sectores implicados para evaluar el impacto potencial de las medidas y la disponibilidad de proveedores alternativos fuera de Estados Unidos. Algunos artículos, como el bourbon, han sido retirados de la lista inicial tras presiones de países como Francia, mientras que otros sectores estratégicos, como el farmacéutico o los servicios digitales, han quedado al margen, aunque este último continúa sobre la mesa.
El paquete propuesto responde a los aranceles de entre el 10% y el 25% que Estados Unidos mantiene actualmente sobre aproximadamente el 70% de las importaciones europeas, pese al anuncio de una tregua temporal. Estas medidas afectan especialmente al sector del automóvil y sus componentes, sobre los que se aplica un arancel del 25%.
El comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, afirmó que la UE permanece «plenamente comprometida» con la vía diplomática, pero advirtió que no se aceptará un acuerdo «a cualquier precio». En ese sentido, el bloque seguirá adelante con la preparación de su respuesta mientras se mantiene abierto el canal de diálogo con Washington.
La presentación formal de la demanda ante la OMC requerirá todavía algunas semanas, pero los servicios comunitarios han confirmado que el primer paso será solicitar consultas con Estados Unidos en el marco del órgano multilateral. Este procedimiento se activará incluso antes de que venza la tregua que actualmente mantiene en suspenso la aplicación de un primer paquete de aranceles del 25% sobre importaciones estadounidenses por valor de casi 21.000 millones de euros.
Desde Bruselas se insiste en que el objetivo final es preservar un marco de relaciones comerciales basado en normas claras y equitativas, pero frente a lo que consideran una escalada unilateral de medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos, la UE no está dispuesta a permanecer inactiva.
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