En una publicación reciente en la red social X, un usuario identificado como «Un Esclavo Del MINSAP» compartió su angustiosa experiencia tras el fallecimiento del tío de su esposa, poniendo de relieve las dificultades extremas que enfrentan los cubanos incluso en los momentos de mayor dolor.
Según relata el usuario, al llamar a la funeraria se les informó que no había carros fúnebres disponibles en todo el país. Ante esta situación, la familia se vio obligada a resolver por sus propios medios el transporte del féretro, cargando ellos mismos el cuerpo hasta la funeraria.
Las dificultades no terminaron allí. Las coronas, que ahora cuestan 100 CUP debido a que las funerarias se han convertido en «empresas no presupuestadas», no mostraron ninguna mejora en calidad, siendo las mismas pequeñas y deslucidas de siempre. Además, la funeraria estaba en condiciones deplorables, con asientos infestados de chinches, un problema recurrente según el usuario.
El relato continúa con la visita a la empresa comunal encargada del cementerio, donde les informaron que debían conseguir medio cubo de cemento por su cuenta para cerrar la bóveda, ya que no había suficiente en el cementerio. Nuevamente, la familia tuvo que buscar una solución por sí misma para no tener que mantener el cuerpo en casa indefinidamente.
La falta de personal en el cementerio, agravada por enfermedades, fue otro obstáculo. Ante la probable ausencia de albañiles, la familia tuvo que asumir la tarea de cerrar la tumba ellos mismos.
«Hay familiar, yo entiendo el dolor de su pérdida, pero no se altere», fue la respuesta que recibió de una empleada de la funeraria. A lo que el usuario respondió con indignación, manifestando la frustración de tener que enfrentar tantos problemas incluso en momentos de duelo.
Este desgarrador testimonio resalta las profundas carencias y desafíos que enfrenta la población cubana en el acceso a servicios básicos, incluyendo los funerarios, evidenciando la compleja realidad que se vive en la isla.
