El Servicio Sismológico Nacional de Cuba ha intensificado su monitoreo de la actividad sísmica en la región de la falla Oriente, una de las zonas de mayor riesgo sísmico en el país. Esta falla se extiende entre las bahías de Guantánamo y Santiago de Cuba y ha mostrado un aumento significativo en la actividad sísmica desde el sismo de magnitud 4.1 registrado el 7 de septiembre. Desde entonces, se han contabilizado 510 sismos, lo que ha captado la atención de las autoridades y especialistas en sismología.
Enrique Diego Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico Nacional de Cuba en el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), informó que el comportamiento de la falla sigue siendo objeto de seguimiento continuo. Aunque los eventos sísmicos se han incrementado, Arango Arias subrayó que actualmente no es posible predecir cómo evolucionará la actividad en los próximos días o semanas. Los estudios sísmicos en la zona permiten analizar los movimientos, pero la incertidumbre sigue siendo una constante en este tipo de fenómenos naturales.
La región oriental de Cuba, en particular las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba, ha sido históricamente vulnerable a los terremotos debido a su ubicación geológica. Las autoridades locales, en coordinación con el CENAIS, mantienen medidas preventivas y programas de educación a la población para minimizar los riesgos en caso de un terremoto de mayor magnitud. Se han realizado simulacros y campañas informativas con el objetivo de preparar a la ciudadanía ante posibles emergencias.
A pesar del elevado número de temblores, las autoridades piden a la población mantener la calma y seguir las recomendaciones emitidas por las instituciones de protección civil. El monitoreo constante y el análisis de los datos sísmicos permiten a los expertos mantener a la población informada sobre la situación en la falla Oriente, mientras continúan investigando el comportamiento de esta importante estructura geológica en el oriente cubano.
