La crisis de transporte en Cuba sigue intensificándose debido a la prolongada escasez de combustible y la falta de medios adecuados, afectando gravemente a las zonas rurales del país. Según reportes locales, las dificultades en el abastecimiento de combustible han reducido significativamente la operatividad de los vehículos de transporte público, impactando directamente a la población en áreas más alejadas, donde la movilidad ya era limitada.
En las provincias más distantes de la capital, como Guantánamo, Las Tunas y Holguín, la situación es particularmente crítica. La poca disponibilidad de transporte público y privado, sumado a la infraestructura vial deficiente, ha incrementado el aislamiento de muchas comunidades rurales, lo que limita el acceso a servicios esenciales como la educación, la salud y el suministro de alimentos.
Los conductores de vehículos de transporte masivo han denunciado que las restricciones en la distribución de combustible no solo afectan la frecuencia de los servicios, sino que obligan a suspender rutas esenciales en muchos territorios. Esto ha generado largas esperas y ha disparado el uso de medios alternativos como coches de tracción animal o bicicletas, aunque estos no son suficientes para cubrir la demanda.
Las autoridades cubanas han intentado implementar medidas paliativas, como la reorganización de las rutas y el ajuste de los horarios, pero estas soluciones no han sido suficientes para aliviar los problemas en el corto plazo. En muchas localidades, los residentes han tenido que depender de la solidaridad vecinal o de transportes improvisados para movilizarse.
En este contexto, los pobladores de áreas rurales no solo enfrentan dificultades para desplazarse dentro de sus comunidades, sino que también sufren complicaciones para acceder a los mercados y centros urbanos, lo que ha incrementado el desabastecimiento de productos de primera necesidad.
La crisis de transporte no es un problema nuevo en Cuba, pero la situación se ha visto exacerbada por las restricciones impuestas a la importación de combustible debido a las sanciones internacionales, y la falta de inversión en infraestructura vial y en medios de transporte adecuados. Mientras tanto, la población sigue esperando soluciones que permitan restablecer una mínima normalidad en su día a día.